El nuevo Primer Ministro italiano, Mario Monti, ha realizado unas declaraciones en las que expresa “Que los jóvenes se acostumbren a no tener más un trabajo fijo para toda la vida. Digamos la verdad, ¡qué aburrido es tener un puesto fijo toda la vida! Es mucho más hermoso cambiar y aceptar desafíos”. Y ahí ha dado en la clave, tiene toda la razón este hombre.
Qué aburrido es tener asegurado el futuro y el sustento para tu familia, con lo bonito que es llegar a fin de mes sin saber si vas a poder comer caliente o te vas a tener que tirar de cabeza a la estufa para llevar algo que no esté frío a la boca. Eso de saber que cuando llegue el día 5 vas a poder pagar la hipoteca ¿qué mérito tiene? Es mucho más entretenido ir al banco a pelearte con el empleado para convencerlo que aguante unos días. ¿Y qué decir de poder pagar al día la electricidad o el agua? Con lo entretenido que puede llegar a ser pasar las noches a la luz de las velas y lo que agudiza el ingenio a la hora de entretenernos unos a otros y lo que potencia las relaciones humanas el tener que refregarnos todos para quitarnos el frío. ¡Cómo se va a comparar eso con lo aburrido de tener el trabajo asegurado! ¡Es qué somos todos unos comodones y unos aburridos! Diga que si, Sr. Monti.
A todo esto el Gobierno de España le hace caso al ilustre italiano y nos hace más fácil la tarea de perder el trabajo sin apenas indemnización y además sin tener que aguantar mucho al jefe. Que faltamos entre 9 y 20 días, aunque sea por enfermedad, dos meses seguidos al trabajo… no pasa nada, es mucho más entretenido tener que buscar otro y lo mejor de todo, lo que vamos a celebrarlo cuando lo encontremos, aunque sea un minijobs de esos en los que cobras cuatrocientos euros y parte del paro, la otra parte se la dan a tu jefe. Ahí está ¡¡diversión!!
Y todo esto lo dice el Sr. Monti, un hombre puesto por la UE, sin pasar el examen de los votantes ni presentarse a elecciones algunas. Quizás por eso, por su alergia a los exámenes por lo que no entiende que haya personas a las que les gusta estar “aburridos” como él dice y, aún así, poder vivir sin depender de personajes como los que representa este italiano tan gracioso.