En casi todos los países tienen distinta forma de celebrar o de anunciar que se acerca la Navidad, en España sin ninguna duda no estamos en las fiestas navideñas hasta que los niños del colegio de San Idelfonso no empiezan a cantar la lotería, es oírlos y todo el mundo está ya entregado a la zambomba y la pandereta.
Para los que somos cristianos y creyentes estas fechas son muy significativas, en ellas se celebra el nacimiento de Jesucristo, efectivamente ese que paseamos en Semana Santa nace la noche del 24 de diciembre en todo el mundo.
Soy amigo de muchas fiestas y en todas y en cada una de ellas encuentro su significado muy importante. Durante el carnaval me gusta oír las coplas y disfruto viendo las agrupaciones, soy menos de disfraz ¡qué le vamos a hacer! De la Semana Santa no les voy a decir nada ya que todos los lectores saben lo mucho que la sigo y me gusta. También me resultan interesantes las romerías y ferias, cada una en su gusto y estilo. No le hago ascos a una buena fiesta de tostones en los Santos ni a ninguna otra que se me presente por delante ¡festivo que ha salido el chavalito!
No son estas líneas para echar en cara a nadie que le guste más o menos una celebración, o para aquellas a las que les molesta que se celebre el nacimiento de Dios y repudien toda esta celebración por el contenido religioso que ello conlleva. Me parece bien que cada uno celebre su fiesta como quiera, desde la religión que quiera y con quien le apetezca, lo único que les pido a todos es que respeten las fiestas de cada comunidad como quiera que respeten la suya, sería mejor para todos y, al tiempo, seriamos todos mucho más felices, así que lo único que me queda por deciros amigos lectores es:
¡FELIZ NAVIDAD!