Tengo que reconocerlo, admitió Carlos, ansiaba este encuentro. Afirmó mientras se sentaba con la mirada fija en su invitado.
No creas que me asustas, replicó Manuel una sonrisa forzadamente burlona.
C -Y, ¿Cómo dices que lo descubriste?
M -¿Disculpa?
C -Tu facilidad, tu potencial. Dijo con cierto desdén.
M -No voy a permitir que me presupongas un ego con asiento propio.
C -Por favor, no leas entre líneas, solo responde.
M -Si te dijera que fluctúo entre la superioridad y la auto-compasión, ¿Me creerías?
C -Dudaría, sin duda. Pero supongo que terminaría comprendiéndolo. Sin embargo, no concibo tu constante necesidad de ser reconocido.
M -Parece estúpido verdad. Te aseguro que lo es, pero ¿No decrece en cierta medida esa estupidez al ser asumida como tal?
C -Reconocer tus miedos dices. Lo más me asombra de la vida es que nunca terminaremos de madurar.
M- Respondiendo a tu pregunta, te diré que en el preciso instante en que sentí ser el mayor de los necios, comprendí el alcance de mi potencial.
C -Has respondido, no lo niego. Pero me surge otra cuestión; ¿Cómo aceptas lo incontrolable?
M -Directo a lo fuerte. Ni si quiera calentamos.
C -Perdona, ¿Lo necesitas?
M -¡Por favor! Pretender tal cosa es ponerse en evidencia a uno mismo.
C -Asumes tus limitaciones, tan loable como patético.
M -No seas ignorante, no puedes aspirar a resolver algo que no comprendes.
C -Te quedas en lo obvio, ¿Sin el planteamiento de una pregunta compleja existirían el desarrollo médico o tecnológico actuales por ejemplo?
M -No me hables como a un inepto, comprendo tu postura, pero no la comparto.
C -Lo siento por ti, claramente soy más perspicaz que tu.
M -A tu juicio.
C -No necesito ningún otro.
M -A veces no sé cuando bromeas.
C -Tranquilo, me pasa igual.
M -¡Siempre tan amigo de la ambigüedad!
C -No necesitas ser siempre transparente para ser correctamente interpretado.
M -La complejidad, una forma sutil de destacar.
C -Te equivocas, es una forma sutil de huir.
M -Pero, ¿No es ya suficiente complejo el mensaje que también tienes que encriptar el código?
C -Quizás resulte ilógico, o incluso más complejo, pero si te sientes bien porqué no hacerlo.
M -Dudo mucho que sepas lo que en realidad piensas al respecto.
C -Y quién si. No doy crédito a lo que voy a afirmar, pero no quiero llegar a saberlo.
M -El grande, envestido y derribado por palabras.
C -No subestimes las palabras, hacen más daño que las armas, no lo olvides.
M -Mi pretexto de conversación se ha acabado.
C -El mío se ha enfriado.
M -Como dicte pues el café.
C -¡Hasta la próxima amigo! Exclamó Carlos mientras acompañaba a Manuel hasta la puerta.