Hay semanas en las que parece que no pasan los días, en cambio hay otras en las que pasan volando. Igualmente tenemos semanas en las que hay que buscar noticias debajo de las piedras y otras en las que las columnas de opinión se te agolpan sobre la mesa.
Podríamos escribir sobre el absurdo y repetido tema de las corbatas en el Congreso de los Diputados, se enzarzan en un tema tan nimio y absurdo que nos hace pensarnos si realmente nuestros políticos dan la talla. O tener que suspender la sesión para elegir el premio de cine porque el tribunal propuesto no cumple con la paridad requerida ¿podemos ser tan tontos?
Hemos tenido hasta en la sopa la dimisión del Presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, envuelto en el jaleo de los trajes y la trama gürtel. Se ha ido para poder defenderse, aunque para algunos ya sea culpable y para otros honrado, ni una cosa ni la otra mientras no se demuestre en el juicio que tiene pendiente para este otoño ¡lo qué queda aún!
Tenemos el sempiterno debate del recate a Grecia y si la Europa del euro va a ser capaz de salir adelante. Alemania qué es la que manda decidirá, con el apoyo de Francia, no en vano el rescate es mayormente liberar a sus bancos de la deuda que tienen los helenos con ellos.
Ante todo esto ha pasado casi desapercibida una resolución de la ONU en la que declara a Somalia en estado de hambruna. Cinco millones de personas pueden morir de hambre y se van a refugiar en Kenia y Etiopia, países que tampoco están para muchas sopas, ni de sobre.
Es decir, mientras en España y Europa estamos con nuestras tonterías de toda la vida, de corbatas, trajes, faisanes y rescate de bancos, en África el personal se muere si no lo remediamos, y no tenemos pinta de poner muchos medios para evitarlo.