Dice ahora Zapatero que la culpa de que en España haya cinco millones de parados la tiene Aznar y los gobiernos del Partido Popular que le precedieron. El problema de ZP no sólo es su mala memoria, sino que es un incompetente que llegó al poder con una política de frases, gestos y pancartas, y pretende mantenerse en él con más frases y más gestos. Otros, en su lugar, se hubiera rodeado de asesores competentes, pero él se rodeado de más de 250 “asesores” tan incapaces como él, que en vez de asesorarle se limitan a hacerle la pelota y a seguirle la corriente como a los locos.
Ante la contumaz incompetencia del presidente, los pocos ministros medianamente eficaces, como Solbes o Bernat Soria, ya hace tiempo que le dieron esquinazo; pero aún siguen a su lado otros fanáticos, como Leire Pajín o Miguel Sebastián, que pretende acabar con la crisis a base de regalar bombillas de bajo consumo, apagar el aire acondicionado en verano y circulando con el coche a paso lento por las autovías.
No hace tanto tiempo, Zapatero presumía de que España era la campeona de la Champions League de las economías europeas, y cuando en otoño del 2007 la crisis de las hipotecas basuras estalló al otro lado del Atlántico y salpicó a los bancos europeos, -belgas, británicos y alemanes por más señas- (es curioso que ninguno esos países esté amenazado ahora por la crisis), el presidente hablaba simplemente de una “suave desaceleración” de nuestra economía. Pero claro, entonces eran otros tiempos, se aproximaban elecciones generales y había que disimular y mirar para otro lado.
Entonces no se podía culpar a Aznar de la crisis porque “oficialmente” no había crisis ni interesaba reconocer su amenaza. Cuatro años antes la política de la pancarta y las manifestaciones callejeras había dado resultado, y el populismo más ramplón llevó al poder a Zapatero. Luego vinieron cuatro años de despilfarro populista, de “cheques bebé”, de repartir bonos de cuatrocientos euros por cabeza porque España era “rica” y al estado le sobraba el dinero. Para las últimas elecciones tocaba prometer “paro cero” y Zapatero lo prometió, y siguió prometiendo bienestar gratis con esa sonrisa boba y simplona que siempre le caracterizó y que nos vendieron como “talante”.
Ahora el presidente reconoce abiertamente que padecemos una crisis “feroz”, pero claro, ahora estamos en el euro y Zapatero no puede “devaluar” la peseta ni darle alegremente a la máquina de imprimir billetes sin que haya una riqueza real que sustente su valor. ¡Menos mal!, porque de haber sido posible no me cabe la menor duda de que lo hubiera hecho y ahora estaríamos pagando el petróleo a precio de oro porque la peseta valdría menos, los créditos volverían a estar al 10 ó 12 % de interés, (-como cuando Aznar llegó al poder-), y la ruina de España y los españoles sería completa.
A mitad de esta legislatura Ángela Merkel y Sarkozy se cruzaron en el alegre trotar de nuestro despreocupado presiente para hacerle ver que el euro no se sustenta con populismo ni con propaganda, ni con un gasto público injustificado, sino con productividad y eficacia de gestión. Y el “talante”, y aquella sonrisa simplona que recordaba a Bambi, se borró de golpe, y se tradujo en un rictus de preocupación cuando Europa nos dio 24 horas para poner fin a tanto despilfarro. Entonces llegaron los recortes en el sueldo de los funcionarios y la congelación de las pensiones, se limitaron las ayudas al desempleo y se suprimió de golpe el “cheque bebé” y la inversión en obra pública; se subió el IRPF y los impuestos del tabaco y los carburantes, y se volverán a subir tras las elecciones del 22 de mayo (El Economista, 9/5/2011) con la excusa de que en Europa la carga impositiva es aún mayor.
Y en lo que nos toca, por culpa de la crisis Ronda perdió el AVE y el Eroski, y las obras de la circunvalación se pararon de repente. Donde había dos mil parados, ahora tenemos casi cinco mil. Porque el problema ya no es sólo Zapatero, es que después de dos legislaturas José Luis ha hecho escuela y sus pupilos son aún más torpes e incapaces, -si cabe-, que él mismo. Cualquiera es bueno para llegar a ser concejal o parlamentario. No importa el currículo… es más, no interesa que sean alumnos listos y aplicados para que no piensen por sí mismos ni hagan preguntas. Sólo es preciso que levanten la mano en las votaciones y sepan cumplir fielmente con su papel de “siseñores”.
El problema ya no es sólo Zapatero, ni Chaves, ni Pepiño Blanco. El problema, como dice Esperanza Aguirre, es el SOCIALISMO y su política del “todo vale” por alcanzar o mantenerse en el poder a cualquier precio. Aquí en Ronda no íbamos a ser menos. ¡Qué hay que pactar con tránsfugas para recuperar el poder… pues se pacta! ¡Que hay que despilfarrar en propaganda, periódicos, radios y televisiones locales… pues se derrocha! Todo por mantenerse en el poder, pero no para contribuir al progreso de la sociedad bajo los ideales socialistas… no; simplemente para vivir cuatro años más del cuento y la molicie.
Nunca hubo en Ronda concejales ni “cargos de confianza” tan inútiles y poco competentes. ¿De qué vivirán ahora si el PSOE pierde el gobierno del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía? Cuando las encuestas les dieron al Partido Popular más de un 10 % de ventaja en intención de voto, los propios socialistas no dudaron en sacrificar al que hasta ayer era su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, y le echaron para que no les perjudicara más en sus aspiraciones de seguir viviendo de la política. Ahora nos toca a los votantes “echar” a los socialistas del poder antes de que la semilla de Zapatero germine y la ruina de España y de Ronda sea completa. EL 22-M VOTA POR EL CAMBIO. Pásalo.