Se acercan las elecciones, han saltado los pilotos rojos y ya se oye la alarma de fondo. En alguna ocasión hemos escuchado que las elecciones se ganan en los últimos 3-5 meses, de modo que más de un político se esmera en regalarnos el oído a la ciudadanía, y probablemente más de uno caiga embelesado ante sus cantos de sirena.
Para las elecciones venideras nos proponemos ejercer nuestro derecho al voto de una forma responsable, pensando no solo en nuestro bienestar, sino en el del resto de personas que viven en Ronda y, por supuesto, en las generaciones que nos sucederán. Para ello, debemos analizar las propuestas que nos presentan y pararnos detenidamente a pensar si en ellas se reflejan nuestros propios principios.
Algunas ideas para poder llevar a cabo un voto así pueden ser:
1. Revisar detenidamente los programas electorales de las anteriores elecciones, sobre todo del partido o partidos que han ejercido como alcalde y concejales. Comprobaremos así si se han cumplido las promesas de entonces, y de paso ejercitaremos la memoria sobre los acontecimientos que han tenido lugar a lo largo de estos últimos 4 años.
2. Leer los programas para estas elecciones. ¿Nos presentan proyectos de difícil viabilidad? ¿Están pensados para el bien común o para el beneficio de unos pocos?
3. Hablar con nuestros conocidos-amigos-familiares del tema, ya que nos pueden ofrecer puntos de vista distintos y/o enriquecedores.
Es evidente que puede darse el caso de que un partido político presente temas con los que no estemos de acuerdo y he ahí donde tendremos que valorar si, a pesar del desacuerdo en ciertos puntos, le votaremos o no.
Especiales van a ser estas elecciones, sobre todo por los tiempos que corren. Nos gustaría pensar que nuestros políticos se preocupan por buscar una economía alternativa, proyectos que repercutan en el empleo de calidad, que respeten el medio ambiente, que no se olviden de las personas con necesidades especiales, y muchas otras cosas, pero sobretodo que en su quehacer diario hagan valer palabras como democracia real, participación ciudadana y toneladas de transparencia en la gestión del Ayuntamiento.
Está claro que no es cosa fácil ejercer nuestro derecho al voto de una forma responsable, sin que nos influencien por ejemplo la tradición familiar de votar a uno u otro partido o las promesas de última hora. No nos queda otra que observar el pasado, analizar lo ocurrido en estos últimos años y, en definitiva, actuar en consecuencia.