El trabajo precario (temporal, durante unas horas, salarios bajos) en España, es muy superior al resto de Europa, y afecta al 30% de los trabajadores. Esto conlleva una inseguridad no solo en el trabajo, cosa evidente, sino en el futuro de las personas y en consecuencia en el futuro del país.
Cuando el gobierno quiere justificar algo, difícil de justificar ante sus votantes, nos dice que los mercados lo demandan. Los mercados son los empresarios y los especuladores o, peor aún, empresarios especuladores.
El empresario lo que desea es contratar según sus necesidades, despedir cuando quiera sin problemas y pagar poco. Su lógica es aumentar sus beneficios. El especulador busca los fallos de los mercados y, mediando entre oferta y demanda, trata de ganar mucho en poco tiempo. El especulador no es un empresario en realidad. Todo esto entra dentro de la lógica del mundo de la economía actual y del capitalismo de siempre. El problema es cuando el gobierno no se atreve a poner orden en este desconcierto, dejando hacer a los “mercados”. Pero más grave es aún si los gobiernos actúan favoreciendo la precarización.
La Junta de Andalucía, en Educación sin ir más lejos, lleva tiempo convirtiendo trabajos estables en precarios. Por ejemplo: contratando la limpieza de Centros a través de ETT’s. Donde antes teníamos trabajadoras a tiempo completo y un salario digno, hoy tenemos empleadas por horas que cuando llegan las vacaciones escolares las despiden con total inseguridad en su futuro. ¿Les resulta más barato? Las ETT, tienen más de especuladores que de empresas. Y la Junta de Andalucía prefiere esta forma de contratar. También lo hace con las/os administrativas/os de los centros de Primaria y con la contratación de servicios a través de grandes empresas (tienen que sobrepasar un cierto volumen de negocio), como los comedores y las aulas matinales, donde se paga al trabajador a 5 €/hora y el contrato es de una hora y media. No parece que esto sea la forma de mejorar el mercado laboral en Andalucía.
Las grandes empresas especuladoras están acabando con el pequeño tejido empresarial de las cooperativas y las pymes en Andalucía, además de precarizar el empleo hasta niveles insostenibles. Todo ello con la colaboración entusiasta de la administración de nuestra Comunidad.