Los tres ediles socialistas que no asistieron al último pleno municipal no serán cesados. Así lo confirmó ayer el alcalde de Ronda, Antonio Marín Lara, después de que algunos rumores apuntaran a posibles represalias por parte del regidor hacia Juan Fraile, Encarnación Narváez y Antonio Aranda. Los tres concejales decidieron no acudir a la sesión por no estar de acuerdo con el punto del día que se trataba, la modificación en la titularidad de la empresa constructora de Eroski.
En este sentido, Marín Lara señaló que “la decisión la tomé en ese momento”, aludiendo de ese modo a la libertad que les concedió en aquel instante para que hiciesen lo que más oportuno considerasen, que era marcharse y no asistir, como terminaron haciendo, o votar en contra de la propuesta del gobierno, lo que hubiese reflejado una mayor imagen de división en el seno del grupo municipal del PSOE.
De este modo, el primer edil daba por zanjada una polémica que se generó tras una dura discusión con el propio Fraile antes del pleno del pasado jueves y la posterior ausencia de los tres ediles.