Opinión

Necesidades creadas, felicidades hipotecadas (Ángela García Salas, psicóloga)

A veces no resulta fácil darnos cuenta de que somos dueños de nuestra vida y de nuestra forma de vivirla, de nuestra felicidad. Quizá, no se si afortunada o desgraciadamente,  nos ha tocado nacer y vivir en un lugar como este, donde los derechos luchan por no torcerse, donde tenemos un futuro por el que caminar y por el que ser ambiciosos. Tenemos luz, pan, teléfonos, fondos de armario que cubrir para ocasiones especiales, tenemos vino, vacaciones de un mes y pagas extraordinarias, hipotecas, puede que cinco pares de zapatos, Internet, dos coches e incluso un garaje, un master y preocupaciones acerca de lo que haremos el sábado que viene, el mes que viene. También preocupaciones sobre qué nos depararán los años, a nosotros y a los nuestros, fobias a los ascensores y a las cucarachas, a los demás, a nosotros mismos. Aquí es donde vivimos, donde tenemos de todo, más aun de lo que podíamos haber llegado a imaginar hace dos décadas, más aun de lo que necesitamos simplemente para vivir plenamente. Necesidades creadas.

Y entonces me pregunto, ¿qué es ser feliz? Aquí y ahora parece que no podemos serlo a menos que tengamos cubiertas tales necesidades, a menos que nuestro entorno sea correcto, a menos que tengamos un buen sueldo, un buen coche, qué se yo, una pareja ideal, comprensiva, cariñosa, que nos complete. Cada uno de nosotros probablemente haría su propia lista sobre todo aquello que personalmente necesitamos para considerar que todo va bien en nuestra vida, para incluso atrevernos a decir que somos felices. Es entonces, justo entonces, cuando podremos darnos cuenta de que a veces no resulta fácil percatarnos de que realmente, a pesar de todo, somos dueños de nuestra vida y de nuestra felicidad, la cual en absoluto va a depender de algo diferente a nosotros mismos. No pretendo ser utópica ni vivir en las nubes, de sobra sé que todos necesitamos y tenemos derecho a una vida digna, a la educación, a la alimentación, a la salud, que todos aspiramos a una vida mejor, lo cual también en nuestro aquí y ahora inmediatos tenemos la suerte de tener. Quizá el problema sea que una vida mejor no se encuentra en ningún escaparate, ni en píldoras ni formulas mágicas. Quizá todo esté sencillamente en nosotros mismos, en querer ser mejores sin medidas, en regalar más de lo que esperamos, en admirar la belleza que tenemos a nuestro alcance nada más abrir los ojos cada día, por el mero hecho de poder abrirlos, en luchar por lo que no consideramos justo. Dejemos de ser dependientes emocionalmente, no hipotequemos nuestra felicidad, que al fin y al cabo está en nuestra mano, a un precio tan bajo.

NOTA: Puede enviar sus consultas o pedir cita en: gaidovar@hotmail.com ó en el 652923360


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