Tengo que admitir que siento cierta debilidad por el alcalde de Arriate, por su ambición y sentido del humor.
Conocí por primera vez a Bernardino Gaona hace cuatro años. Entonces fui con mi amigo Juan Terroba a pedirle ayuda. Queríamos que apoyase la opción de la Variante Este de Arriate que pasaría junto al ferrocarril –más lógica y conveniente para los vecinos de Setenil, Ronda y Arriate-, y no a través de las dehesas de las fincas de El Pantano y La Parchite. Él subrayó su incapacidad para influir sobre nadie pero, aún así, se ofreció para organizar una reunión con el Delegado de Obras de Ronda y el Delegado Provincial de Obras Públicas.
Me sorprendió entonces su falta de ambición, que reflejaba, a un tiempo, cierto sentido del humor, sabiendo lo que sabemos de esta gente. Sin embargo, Bernardino supo mostrar su ambición cuando tuvo ocasión de enseñar sus planes para desarrollar la economía local. Estaba entonces ansioso por conseguir la aprobación para una modesta urbanización (sólo 187 chalés) ahora conocida como Puerta de Ronda, en los Picachos y junto al arroyo de la Ventilla.
La redacción del nuevo PGOU de Arriate proporcionó a Bernardino una oportunidad única para dar pruebas de su desmedida ambición en desarrollar la economía de su pueblo y mostrar al mismo tiempo un extraordinario sentido del humor en el trato.
A Bernardino le gusta pensar las cosas en plan radical y a lo grande. Libre y distante de la postura política de su propio partido o de la legislación andaluza, que prohíbe tales proyectos, se ha sacado de la manga el antídoto definitivo contra la crisis económica. Su filosofía es bien simple. No va a permitir que el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, causante en gran parte de la crisis, se interponga y obstaculice su ambicioso plan. Este es su pensamiento: “Creemos una burbuja aún mayor que pueda resistir los pinchazos producidos por la falta de infraestructura, falta de demanda, o ausencia de legalidad”. Él no quiere ser molestado por esas problemáticas nimiedades de los izquierdosillos; esos que apoyan un desarrollo económico sostenible y alternativo, el desarrollo a través de la formación y de la innovación, la protección del medio ambiente, etc. Porque … Arriate tiene todo eso y más.
Así que el nuevo PGOU, auténtico monumento al pensamiento radical de Bernardino contempla la ampliación de la zona urbana en no menos del 80% de la superficie actual (el doble del máximo permitido por la ley), una extensión ilegal de la urbanización Los Picachos, e incluso la construcción de casas en un cementerio; esta última idea resulta auténticamente innovadora.
Todo esto en un pueblo que cuenta ya con 241 casas vacías, más del 14% del total de las viviendas. Cuando averiguamos que la población de Arriate se ha reducido en los últimos pocos años, nos damos cuenta del inmenso esfuerzo intelectual que le ha supuesto a Bernardino el producir y justificar su nuevo plan. Pero él, habiendo oído rumores sobre la oposición a sus planes de muchos miembros de su mismo partido, así como de esos puñeteros ecologistas, ha mostrado su buena disposición para debatir y negociar con quienquiera que esté dispuesto a escuchar sus ideas, mostrando, de esta manera su franqueza y claridad tanto de mente como de espíritu.
Dudo que sus adversarios tengan esa misma franqueza pues opinan que no hay nada que debatir o negociar. Ya le han puesto delante a Bernardino ocho folios de cuestiones legales que deberían convencerle de lo erróneo de su proceder. Dudo, sin embargo, que todas estas minucias le hagan cambiar de proceder. Lo cual mostraría una vez más su determinación en proseguir con esa ambiciosa misión al servicio del pueblo de Arriate.
No me sorprendería en absoluto que Bernardino terminara afiliándose a otro partido político que comparta sus ambiciones, sentido del humor, e inmensa capacidad para los proyectos más innovadores. Estoy seguro que ahí, sus méritos serían mucho más comprendidos y apreciados.