El mercado de la venta de viviendas ha sido uno de los más afectados por la crisis económica que vivimos, aunque, tras el inevitable reajuste de los precios, parece que ha experimentado una leve mejoría en los últimos meses, con el cierre de algunas operaciones de compra venta, aunque, desde las inmobiliarias se sigue señalando que “nada parecido a lo que teníamos, estamos a años luz”.
De momento, son los alquileres los reyes de un mercado casi parado, sin que el alquiler con opción a compra termine de despegar, y es que la inseguridad en el mercado laboral hace que los clientes no piensen en un futuro lejano y se queden en el corto plazo, de forma que no contraigan obligaciones a largo plazo que les pueda suponer un “problema económico”.
En cuanto a la pequeña mejoría, principalmente, ha estado impulsada por funcionarios y trabajadores con contratos fijos en empresas de reconocida solvencia, que han decido aprovechar la bajada de precios que se ha producido en algunas viviendas para realizar compras, algunas de ellas, entre las anunciadas como ‘chollos’ o ‘gran oportunidad’ en los escaparates de las agencias inmobiliarias.
Además, también se ha producido la entrada de oferta de familias que ante el miedo por la crisis han decidido vender sus viviendas, un fenómeno que se viene produciendo desde los meses de agosto y septiembre de 2009. El contrapunto lo pone la oferta de viviendas de nuevas promociones, y es que en este campo las ofertas se limitan a obras que ya se encontraban empezadas. “No tenemos nada sobre plano”, indicaba una de las responsables de una inmobiliaria rondeña.
Además, la bajada de las tasaciones también supone un problema añadido para la venta, especialmente en la zona centro, donde se ha pasado de una valoración entre 2.000 y 1.900 euros por metro cuadrado, a unos informes donde la media se sitúa entre los 1.500 y 1.400.
A pesar de ello, el centro de la ciudad y su zona periférica es el lugar más solicitado por parte de los clientes del mercado de segunda mano, aunque las ofertas de compra no suelen pasar de los 160.000 euros, para pisos de 2 y 3 dormitorios.
