Le ha faltado tiempo a Francisco Cañestro para salir corriendo y ponerse a los pies de la futura nueva líder del Partido Socialista Andaluz, María Jesús Montero. Fue de los primeros en llegar a Sevilla para el anuncio de que la ministra que nos tiene acosados a todos los españoles con impuestos va a ser dentro de poco la número uno del partido del escándalo de los ERE, por el que nuestra tierra perdió cientos de millones que fueron a parar a los bolsillos de los amigentes de Chaves y de Griñán.
Como se puede comprobar en la propia foto que Cañestro ha publicado en las redes, hasta se tuvo que poner de puntillas para salir en el retrato, vaya a ser que digan que él no está con la ‘Chiqui’.
A rey muerto, rey puesto. Eso es lo que ha debido decir Cañestro tras haber sido defenestrado su hasta ahora amigo y referente, Juan Espadas, con el que se solía hacer fotos y dar paseos por la calle de la Bola presentándolo como presente y futuro del socialismo andaluz. Si te vi ya no me acuerdo, ahora hay que lampar al lado de Montero, vaya a ser que pierda los más de 3.000 pelotes que cobro todos los meses de la Diputación de Málaga.
Es habitual ver este tipo de vandazos en Francisco Cañestro. El casi alcalde, fue primero amigo íntimo de Juan Fraile (quien por cierto le facilitó su puesto de trabajo en el Patronato Provincial de Recaudación), después de Juan Benítez, de Isabel Aguilera, y de otros tantos.Incluso llegó a convertirse en el colega del alma de quien había sido su peor rival político: Antonio María Marín Lara (Toti), con quien llegó a ser su teniente de alcalde de confianza.
Para Cañestro lo que importa es seguir a flote, y si el hasta hace poco ‘referente del socialismo andaluz’: Espadas, se hunde, yo ahora me agarro al bote de Montero, que hay que seguir en la olla gorda.
Sí, esa Montero que además de tenernos fritos a impuestos va dándo privilegios a los catalanes, al mismo tiempo que mantiene infrafinanciada a Andalucía, esa región que abandonó por intereses púramente personales y a la que ahora dice querer tanto.
Se puede ser chaquetero cambiando de partido, pero también se puede ser chaquetero cambiando de la noche a la mañana de compañeros.