Las familias de los 18 pisos que se vieron afectados por el gran incendio que se declaró en un bazar situado en los bajos del edificio Pepita Flores, en la calle Doctor Carrillo Guerrero, llevan ya cerca de dos años y medio poder volver a sus viviendas, a pesar de que las obras de reconstrucción del inmueble finalizaron hace meses.
Según ha informado Avelino Écija, uno de los propietarios de los pisos, el problema radica en que una vez terminados los trabajos de reparación la empresa que los ha ejecutado ha remitido toda la documentación a la compañía eléctrica Endesa, para que les conecte los nuevos enganches de luz. Sin embargo, «por puros trámites burocráticos, que incluso se pueden alargar hasta un año, de momento Endesa no nos ha facilitado el servicio».
Los vecinos no entienden este retraso en la concesión del suministro eléctrico, ya que «no se trata de una obra nueva que precise de una licencia de primera ocupación para darle la luz, sino que ha sido una reparación de lo que ya existía y estaba habitado».
Ante esta situación, y mientras se solventan los trámites administrativos con la empresa, los vecinos pretenden solicitar al Ayuntamiento que les autorice, aunque sea de forma provisional, un permiso para poder ir amueblando las viviendas y así ganar tiempo.
«Hemos soportado durante todo este tiempo toda clase de contratiempos, con desgraciadas muertes incluidas mientras se realizaban las obras, hemos sufrido y padecido y ya no aguantamos más», afirman los damnificados, que ahora tiene ante sí un último obstáculo: conseguir que les den luz para poder regresar por fin a sus hogares».
Incendio
En el pavoroso incendio que se declaró el 25 de agosto de 2022, la estructura del edificio ‘Pepita Flores’ se ha vio seriamente afectada por el fuego que se declaró el bazar chino que se encontraba situado en los bajos del inmueble, en la calle Doctor Carrillo Guerrero
Tanto la planta baja como los pisos situados en el primero: 1º B y 2º B fueron los más perjudicados, junto con la superficie comercial, al colapsar los pilares y los techos. Mientras los pisos situados en las plantas 2º y 3º, aunque también sufrieron los efectos de las llamas y la fuerte humareda, resultaron menos dañados.
Los bomberos tardaron varios días en poder sofocar totalmente el fuego, que supuso que tuviesen que ser desalojadas más de 50 personas de los pisos que resultaron dañados.
