Su nombre científico es Omphalotus olearius. Es una especie de hongo típicamente mediterránea.
Aparece en otoño desde principios de octubre hasta mediados de enero en zonas del sur de España, sobre todo en la base de los troncos de olivos, de ahí su nombre, pero también tiene otros nombres vulgares, como el de seta fosforescente que hacen referencia a su capacidad de bioluminiscencia.
Es frecuente en bosques mediterráneos sobre restos de madera como tocones o ramas de planifolios, en la base de alcornoques, encinas, olivos y algunos arbustos como la jara pringosa. Además, es frecuente en algunos parques públicos creciendo en la base de algunos planifolios como el lilo, la mimosa o algunos arbustos como el rosal. Fructifica solitaria o en grandes grupos unidos por el pie.
Es una seta Tóxica, ocasiona una de las intoxicaciones por setas más frecuentes en España. En caso de haber consumido la seta de olivo por error se recomienda acudir rápidamente al centro de salud más cercano o llamar al teléfono del Servicio de Información Toxicológica: 915620420 y seguir sus instrucciones. Cabe destacar que algunas intoxicaciones con esta especie se producen por la ausencia de conocimientos micológicos de algunos aficionados que se arriesgan a consumir esta especie dado su belleza y tamaño, por lo que en caso de duda se recomienda dejar los ejemplares en el campo o bien consultar a algún profesional de la sociedad micológica más cercana.
La seta de olivo es responsable del síndrome gastrointestinal severo que requiere en la mayoría de los casos ingreso hospitalario. Presenta un periodo de incubación corto, menor a 6 horas, tras el cual comienzan a aparecer los primeros síntomas principalmente náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarreas. En algunos casos más graves pueden aparecer alucinaciones y problemas neurológicos que pueden ocasionar rara vez la muerte, con mayor riesgo en niños, ancianos y personas con patologías previas. Generalmente los síntomas desaparecen en uno o dos días.
Se caracteriza por su gran tamaño, con un sombrero que oscila normalmente entre los 5 y 15 cm de diámetro, aunque excepcionalmente se pueden observar ejemplares con más de 20 cm de diámetro. El sombrero es inicialmente convexo en los ejemplares jóvenes, después pasa a plano convexo algo deprimido o embudado. La cutícula es fibrilosa, de color rojo anaranjado o pardo anaranjado con el margen lobulado, que reacciona de color verdoso cuando se pone en contacto con las bases fuertes. Las láminas son muy decurrentes, bastante finas y apretadas, bifurcadas, inicialmente de color amarillo pálido, volviéndose finalmente naranjas. El pie es subcilíndrico, generalmente más largo que el diámetro del sombrero, excéntrico o lateral, de color amarillo anaranjado. La carne es bastante fibrosa y consistente, de color amarillo anaranjado. El olor es prácticamente inapreciable, el sabor es intenso, recuerda al del aceite deteriorado.
Hay una especie muy próxima, prácticamente idéntica, con la misma toxicidad, característica de zonas atlánticas, que es Omphalotus illudens, que presenta generalmente la cutícula más amarillenta y menor tamaño, que fructifica desde mediados de verano hasta mediados de otoño en restos de maderas y tocones de planifolios como el castaño, el haya, el roble y el roble melojo.
Se puede confundir fácilmente con especies del género Cantharellus conocidas de forma popular como los apreciados rebozuelos, sobre todo con Cantharellus alborufescens y Cantahrellus pallens con los que en ocasiones comparte ecología y época de fructificación en bosques mediterráneos de encinas o alcornoques. Las principales diferencias es que la seta de olivo presenta la cutícula generalmente con tonos rojizos ausentes en los rebozuelos, las láminas frágiles a la manipulación que no forman parte del propio sombrero como ocurre con los pliegues del rebozuelo. El aroma de la seta de olivo es prácticamente inapreciable, mientras que el rebozuelo presenta un aroma que recuerda al albaricoque. Además, la seta de olivo es una especie lignícola que fructifica sobre restos de madera, en cambio los rebozuelos lo hacen directamente sobre el suelo.
Otra confusión habitual es con el falso rebozuelo, una especie comestible sin valor culinario, que puede compartir ecología en bosques de repoblación de pino rodeno mezclados con la encina o el alcornoque con sotobosque de jara pringosa, pero que presenta menor porte y fructifica generalmente solitario.
Es una especie bioluminiscente, con capacidad de emitir luz, que se puede observar fácilmente durante la noche. Tal vez la bioluminiscencia les sirva para conseguir que la visiten insectos y así esparcir sus esporas.
Bibliografía.
https://www.fichasmicologicas.com/