El 10 de agosto Jubrique celebró con elevada participación de público el Festival de Poesía y Música ‘Abolongo’, que también contó las jornadas previas con talleres lúdicos y actividades relacionadas con la gastronomía y la artesanía.
Jubrique ha puesto en marcha una nueva iniciativa cultural, que se suma a los diversos eventos que organiza durante el verano el ayuntamiento de esta localidad. Se trata del I Festival de Poesía y Música, bautizado con el nombre de ‘Abolongo’, que ha tenido lugar en calles y espacios públicos del municipio durante el sábado 10 de agosto. Además, desde el jueves día 8 hubo otras actividades relacionadas con la gastronomía, la artesanía y espacios lúdicos infantiles.
‘Abolongo’ es una palabra que se usa en Jubrique para describir “meneo, ilusión por algo o fiesta”, y por eso se ha dado este nombre al primer festival de poesía y música del municipio. Esta nueva propuesta nace de la experiencia y la gran aceptación de la que han gozado las cuatro ediciones de ‘Micro Abierto’ de poesía, música, microcuentos y relatos. Desde el Ayuntamiento de Jubrique se ha señalado que “se trata de un festival pensado para toda la familia, sin aglomeraciones, al aire libre y con contenidos para todos. Un espacio diferente e innovador con actuaciones musicales y poéticas de diferentes artistas, aunque también del público, vecinos y visitantes, con una perspectiva cultural, ecológica y transfeminista”.
El festival contó con actuaciones de Defreds y Redry, Carolina Treboada, Marta Dylan, María JL Hierro, Bolainoflor, Abby y Tom, Dj Saraika, Dj Moderno, el grupo flamenco de Jubrique y Batucada N´Gongo, entre otros. Además, esta propuesta cultural contó con un recorrido accesible, sin barreras arquitectónicas ni comunicativas, con una señalética adaptada con pictogramas para las personas con diversidad funcional. La organización dispuso también de la colaboración de la asociación ASPRODISIS de Ronda con una ‘food truck’ inclusiva e intervenciones en lengua de signos. Las actuaciones fueron en la plaza Andalucía, la plaza la Parra, la piscina y la biblioteca municipal.
Paralelamente a las actuaciones de poesía y música, hubo instalados puestos gastronómicos, un mercadillo de artesanía, espacios infantiles, expositivos, así como talleres de diversa índole. Así mismo, conservando la esencia de ‘Micro Abierto’, se mantuvo un espacio para que todas las personas tuvieran la oportunidad de recitar sus propias poesías, relatos o microcuentos.