Decía la mano derecha de Adolfo Hitler, Joseph Goebbels, que cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá. En psicología se le llama a este reclutamiento de imbéciles la ilusión de la verdad.
La corrupción en España de manos del ‘Puticlub PSOE’ se supera por días y no por año como Eurovisión; los clanes sicilianos se avergonzarían ante esta plaga infecta de especies del subsuelo más cenagoso de Pedro Almodóvar.
Primera dama (lo de primera y dama admite discusión), primera vez en la historia de España que la mujer de un presidente es llamada a declarar, entre otras fechorías de guante blanco, por supuesta corrupción en los negocios y tráfico de influencias (dato del que solo un puñado de españoles parece estar al loro). Teniendo en cuenta de que la mayoría se informa a través de los telediarios, cadenas en su mayoría semiprivadas y financiadas por el PSOE de Sánchez, ya es mucho pedir.
Pues llega la rea (Begoña Gómez) a Plaza de Castilla cercada por un aparatoso dispositivo policial, vestida de luto cual plañidera, pero sin deshacerse en llanto (que ya lo hace su eterno enamorado en la Moncloa), protegida como estrellón hollywoodense, pero bajo la opacidad de la corrupción. Fuera, cuatro gatos la gritan ¡a prisión! mientras la colmena de abejones que chupan de la rica miel la defienden desde el senado usando las repeticiones de Joseph Goebbels; ultraderecha, fango, falsedad.
Habrá que esperar a que Israel bombardeé de nuevo Gaza para que la Complutense se tire a la calle pidiendo justica para Hamás, y no para los que pagan con sus horas de esfuerzo, trabajo y dinero una carrera, másteres y licenciatura que Begoña Gómez obtiene por la cara, sin haber acabado siquiera el bachillerato, así como su marido un doctorado de copia y pega que priva. Mola. Guay. Ejemplo de cómo hacerse de poder sin pegar un palo al agua.
Pero no se preocupen, que el notición de hoy es el futbol, las vacaciones y los espetitos de sardinas a las frescas del mar.
Juan frc
Muy bueno tu articulo como siempre Domingo