Llega la Semana Santa y eso puede traer días de calma y tranquilidad al ajetreado panorama político rondeño, que en estos días se mueve más entre el barro y un nerviosismo fuera de los límites, que dentro de la lógica dialéctica política, que nunca debería perder las buenas formas y las maneras.
Mientras nuestros políticos se empeñan en hacer que los ciudadanos cada día les tengan una menor consideración, un hecho este bastante grave, nuestros cofrades se preparan para vivir una de las semanas grandes. La Semana Santa. Una fecha señalada para los creyentes católicos y para aquellos que no son. Además de su importancia religiosa, La Pasión se ha convertido en un gran motor económico, que va más allá de la fe y la religiosidad, siendo una semana esperada por hoteleros, restauradores y comerciantes como la llegada a un oasis en mitad de un desierto llamado crisis. Tendrán la mayoría de ellos un momento de respiro, de poderse cobijar bajo la sombra de las palmeras durante unos minutos para mitigar ese calor bancario que les fríe sus espaldas y su cabeza cada día.