La situación económica en el Patronato Deportivo Municipal ha llegado a su máximo nivel de deuda. Así lo recoge la intervención delegada en el informe que fue presentado a la junta rectora del Patronato, ante la intención de sus responsables de aprobar un convenio colectivo que contemplaba diferentes mejoras para los trabajadores, que pueden ser legítimas, pero que no podemos olvidar que nos encontramos en un momento de crisis nunca antes conocido y con soflamas de todos los partidos, todos gobiernan en alguna institución, abogando por la necesidad de reducir el déficit público. Además, tampoco es entendible el cambio de postura de los dirigentes del Patronato cuando se ha aprobado en pleno adherirse al Real Decreto de contención del gasto en la Administración Pública, que conllevó una reducción de los salarios de los funcionarios de un 5%. No se entiende que nadie se haya comprometido a mejorar las condiciones económicas de estos empleados públicos sabiendo estos condicionantes. Además, tampoco resultaría muy lógico mejorar las condiciones a unos mientras otros tienen que aguantarse con el recorte. Eso crearía en Ronda empleados públicos de primera y de segunda, algo ilógico y que no parece tener ningún sentido.
Mejor no pensar que esta propuesta tenga algo que ver con la cercanía de las elecciones municipales. Eso sí, si finalmente alguien decide tirar hacia delante a pesar de los informes contrarios de inversión, que son rotundos, no habría dinero para más y alguien se quedará sin cobrar. Igual le toca nuevamente a los mismos, a las empresas que trabajan con el Patronato y que, en algunos casos, no cobran sus facturas desde 2008. Quizás alguien debería comenzar a pensar que esas empresas tienen trabajadores que también votan. No sólo empresarios que no cobran y se cabrean. Sus empleados también padecerán la falta de pagos.