Terminaron las fiestas navideñas, con lo que eso significa de tristeza para muchos y de la alegría para algunos que no son tan partidarios de estas fechas, que reparten alegría y nostalgia casi a partes iguales. Ya se puede ir haciendo un balance de lo que desde el Ayuntamiento rondeño se ha realizado para que estos entrañables días se celebraran como la ciudad y los rondeños merecen. En este caso las felicitaciones y las críticas van paradójicamente casi de la mano. Se ha realizado una iluminación francamente buena, que ha llegado a muchos puntos de Ronda, la cabalgata ha resultado brillante y afortunadamente los incidentes han sido mínimos si exceptuamos el desgraciado accidente que costaba la vida de una pareja en su domicilio de la calle Chica el tercer día del año.
Centrando la mirada en la actuación del equipo de gobierno y su comportamiento en estas fechas, hay que reconocer el trabajo realizado, pero también hay que llamar la atención sobre si era apropiado hacer un gasto tan considerable en un año en el que Ronda ha batido todos sus récords negativos de desempleo y cuando muchas familias de la ciudad del Tajo han pasado las navidades más tristes de su vida.
Cuando se suspendió la Feria de Mayo hace dos años, se dijo que era para paliar una situación extrema para muchas familias, argumento que era absolutamente válido también para haber recortado el presupuesto navideño y haber destinado buena parte del mismo a ayudas sociales que hubieran ayudado a personas en situaciones penosas. Pero a lo mejor pedir eso en un año de elecciones es pedir demasiado.