Este año la Goyesca parece haberse adelantado unas semanas. Y no porque la célebre corrida haya cambiado de fecha, sino porque con la visita de Michelle Obama -al cierre de esta edición aún no sabemos si se habrá producido finalmente o no-, se está produciendo un eco mediático incluso mayor que con esta cita taurina.
Ya pueden sacar pecho los gestores municipales, y en especial el responsable de Turismo, Francisco Cañestro, de que nuestra ciudad acapare tantos titulares, aunque en cierta medida todos los rondeños debemos sentirnos orgullosos, se celebre la visita o no, por pertenecer a un lugar cuyo encanto seduce algunas de las personas más poderosas del mundo -recordemos que David Cameron, primer ministro británico, también veranea en la Serranía-.
Sólo hemos tenido que dar una vuelta por las calles más céntricas de Ronda para darnos cuenta de que algo especial estaba a punto de ocurrir. No en vano, los monumentos más representativos han sido adecentados para causar la mejor impresión posible a la primera dama y a su hija. La esposa del máximo dignatario estadounidense también ha sido centro de muchas conversaciones en esta semana.
De cualquier forma, decida Obama visitarnos o no, nuestra ciudad se situará, aunque sea por unos instantes, en el centro de todas las miradas. Y lo peor que podría pasar, en caso de no venir, es que este verano se convierta en aquel en que Michelle Obama estuvo a punto de venir a Ronda, lo cual tampoco está nada mal.
