Cuando las cosas están bien hechas se deben de reconocer, y el asfaltado de numerosas calles de nuestra ciudad es de alabar, aunque sea simplemente porque se ha cumplido con la obligación que tiene cualquier Ayuntamiento de mantener en un mínimo estado de conservación sus calles. Los baches eran ya enormes y la llegada del nuevo asfalto necesaria, y hay que reconocer que una vez que ha levantado el tiempo ha llegado de forma rápida y a un importante número de calles. Lo único criticable es la hora a la que se realizó el trabajo en la zona centro, en plena hora punta y numerosas calles cortadas, lo que provocó mas de un enfado y muchos inconvenientes en la circulación. No obstante, podríamos decir que es un mal menor, porque los coches van a agradecer muchísimo el nuevo piso. Al igual que los bolsillos de los conductores, que no tendrán que temer el romper una rueda en algunos de los socavones que había, en especial, en la avenida de Málaga.
Ahora únicamente queda comprobar que el asfalto utilizado es de buena calidad y no se deteriora con rapidez. A primera vista tiene muy buena pinta.
Además, con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, la imagen que se ofrecerá al visitante, que en su mayoría llega en coche, será muy distinta, . Encontrarán una ciudad con una calles aceptables. Por cierto, que hablando de Semana Santa, parece que no podremos decir lo mismo en la atención que prestemos a los turistas en el ámbito de las necesidades básicas. Es incomprensible e injustificable que llevemos años y años sin tener unos aseos públicos abiertos, a pesar de los reiterados anuncios de nuestros políticos y de las reformas y reformas de los existentes. Este asunto es imperdonable.