Con la que nos está cayendo encima con la crisis, y desde el Ayuntamiento se nos anuncia que para 2009 nos espera una subida de impuestos y tasas municipales del 4,7%, lo que ha dejado a muchos ciudadanos con una cara indescrptible cuando muchos tienen problemas para hacer frente a los pagos comprometidos cada mes.
Las justificaciones son varias y todas miran al tan traído y llevado plan de saneamiento económico que aprobó el anterior equipo de gobierno.
Con estos tiempos de crisis, quizás se tenía que haber pensado en una solución alternativa, y es que si es posible no seguir lo dictado para el precio el agua, quizás también sea posible para otros impuestos y tasas.
Desde luego, con las dos subidas de impuestos que llevamos en los últimos años, la presión fiscal sobre el ciudadano se está notando.
Son medidas excepcionales las que se están adoptando en todo el país para hacer frente a la crisis, y las sufridas carteras de los ciudadanos de a pie no tienen porque pagar el desastre en las arcas municipales.
No obstante, como no parece que quede otra opción, ahora también toca ver como desde el Ayuntamiento se aprietan el cinturón y se reduce en todo lo posible el denominado gasto superfluo, y es que, cualquier gasto llamativo, justificaría el cabreo del contribuyente.
Ahora más que nunca, toca ver que el dinero público se utiliza con todo de miramiento, para tratar de ahorrar al máximo, y es que no es aceptable pedir un ajuste de cinturó si ese no es recíproco por parte del Consistorio.