Además de la observación del planeta Júpiter, en condiciones muy favorables por estar en oposición, la madrugada del 27 de septiembre también nos trajo el momento histórico del impacto de la sonda espacial de la misión DART de la NASA contra el asteroide Dimorphos para intentar desviar su trayectoria.
A la 1:14 de la madrugada, hora peninsular, la nave se estrelló a una velocidad de 6,4 km/s contra la superficie de Dimorphos situado a unos 11 millones de kilómetros de la Tierra. Pero, los científicos tendrán que esperar días o incluso semanas para ver si la nave DART ha logrado alterar ligeramente la órbita del asteroide.
La nave DART (Double Asteroid Redirection Test), de aproximadamente 600 kilogramos y tamaño de un coche, fue lanzada el 24 de noviembre de 2021 y viajó impulsada por sus paneles solares, de casi 9 metros de largo cada uno, que han proporcionado la energía necesaria a su sistema de propulsión eléctrica. La Agencia Espacial Italiana ha contribuido a la misión con una mini nave secundaria llamada LICIACube, que se separó hace unos días de la DART, con el objetivo de registrar imágenes del impacto y la columna de eyección que se generó tras el choque.
España ha tenido un papel importante en esta misión a través del Centro de Astrobiología (CAB/CSIC-INTA), situado en Madrid, que realizó experimentos de laboratorio para estimar las trayectorias más idóneas de impacto de la nave DART.
Dimorphos es un asteroide de unos 160 metros de diámetro, gira en torno a otro más grande llamado Didymos de 780 metros de diámetro y forman un sistema binario de asteroides. Si bien ninguno de los dos es un peligro para la Tierra, la misión ayudará a las Agencias Espaciales a poner a prueba las capacidades tecnológicas de defensa planetaria, en caso de que fuera necesario desviar un asteroide en curso de colisión con nuestro planeta.