Ronda

El periodista rondeño Guillermo Azábal vivió a escasos metros el atentado contra Donald Trump

«Había un ambiente de jolgorio» tal, que en un primer momento pensó que los disparos eran pirotecnia

El periodista rondeño enviando una crónica desde EE.UU para la agencia Efe.

El joven periodista rondeño Ángel Azábal, corresponsal de la agencia Efe en Estados Unidos, vivió el atentado contra el expresidente de este país y candidato a las próximas elecciones, Donald Trump, a escasos metros de él.

Le separaban solo 10 o 12 metros de Trump cuando un francotirador intentó asesinar al expresidente. El enviado especial de la agencia Efe a Butler, Pensilvania, ha relatado en el programa de Al Rojo Vivo de la Sexta el «carrusel de emociones» que se vivió en cuestión de segundos durante el mitin del expresidente: del jolgorio inicial a los primeros instantes de confusión ante los disparos, el pánico y, finalmente, un renovado ímpetu de los asistentes.

Según ha informado en este programa, el candidato republicano dedicó los primeros 10 minutos de su intervención a hablar «casi exclusivamente de migración, de deportar a personas peligrosas». «La gente estaba tan entusiasmada con el discurso de Trump» y «había un ambiente de jolgorio» tal, que en un primer momento pensó que los disparos eran pirotecnia.

«Cuando escucho la primera deflagración lo primero que pienso es que es un petardo o un fuego artificial, pero en cuanto levanto la vista un poco y veo la cara de incredulidad de Trump, que se echa la mano a la oreja derecha, entiendo que es un intento de tiroteo», cuenta el informador. «La gente se queda en el suelo, algunos en cuclillas, y un par de periodistas nos quedamos allí de manera paralela y en frente de Trump. Nos pilló muy, muy cerca», detalla en este espacio televisivo de la Sexta.

«Todo sucede de manera tan repentina y en tan pocos segundos que el ánimo de la gente varía muchísimo», agrega Azábal, que precisa que «desde que se escucha la primera deflagración hasta que Trump se echa la mano a la oreja derecha y se entiende que es un disparo en vez de un fuego artificial o un petardo» pasaron apenas unos instantes.

«Pasamos de un carrusel de emociones en cuestión de segundos, e incluso luego cuando él levanta ese puño, la gente pasa, otra vez del pánico, pero ahora a la inversa, a apoyar al presidente y a entender que es un momento crucial para la campaña», incide el reportero, que relata: «Funcionó como un resorte: la gente entendió muy rápidamente que esto va a decantar aún más la campaña».


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