El Planeta Tierra está en una situación de emergencia según postulan la mayoría de los expertos en cambio climático. La acción del hombre ha hecho que cambien de manera drásticas las condiciones de vida en numerosos lugares como consecuencia de las malas praxis que se han ejecutado a nivel global por la mano del ser humano.
El estar inmersos en una sociedad consumista por naturaleza hace que se generen numerosos residuos que posteriormente hay que desechar. Destaca sobre manera el ámbito tecnológico, ya que las continuas innovaciones y la potenciación de ciertas características de dispositivos electrónicos, como Smartphones, ordenadores o electrodomésticos hacen que la vida útil de todos los productos disminuya ostensiblemente, e incluso se produzca un cambio de los mismos prácticamente sin haber amortizado la mitad de su valor.
En esta tesitura se generan anualmente millones de toneladas de basura electrónica o e-waste que posteriormente hay que eliminar. Un reciente informe de Betway el casino online incide en todos estos aspectos, poniendo sobre la mesa opiniones de expertos y datos contrastados sobre la longitud de este problema.
A tenor de ello, Hernani Dimantas, investigador colaborador en Sobrevivência Planetária de la Universidad de São Paulo, además de ser el fundador y coordinador de proyectos sobre residuos electrónicos, se adentra en el universo e-waste y explica que “el principal generador de basura es la obsolescencia programada, es decir, aparatos que funcionan, sin embargo, ya no tienen la capacidad para utilizarse para lo que se han fabricado”.
Todo ello constituye cerca de 44,7 millones de toneladas de e-waste, según los datos más recientes ofrecidos por el estudio Global E-waste Monitor. Se debe poner el foco en especial en los países productores de esta tecnología, como China, Estados Unidos o Japón, ya que estos son los que más contribuyen a acrecentar esta cifra anualmente.
Pero no se debe focalizar solo en estas naciones, la generación de chatarra electrónica es un problema que nos afecta a todos. Con pequeñas acciones como desechar estos productos en el lugar correcto, se puede contribuir a luchar contra esta lacra de contaminación y de mala salubridad que genera tirar los productos interactivos que ya no sirven en un lugar inadecuado.
