En el atardecer-anochecer de este martes 19 de febrero de 2019, podremos contemplar la segunda superluna del año, más brillante aun que la te tuvo lugar en la madrugada del 20 al 21 de enero pasado, aunque sin el atractivo añadido que esa tuvo (ni mucho menos, despreciable) de su coincidencia con un eclipse total de nuestro satélite.
No es que sea un fenómeno especialmente llamativo esto de las superlunas, pero es muy digno de tener en cuenta por profesionales, aficionados y curiosos de la observación astronómica. Ello no es ni más ni menos que la coincidencia de la fase de Luna llena con el momento, más o menos exacto, en que ésta se encuentra en el punto de su órbita más cercano a la tierra. Y, por tanto, sobre todo su brillo, se aprecia muy resaltado, más que su tamaño a simple vista. aunque tanto lo uno como lo otro puede pasar desapercibido a la mayoría de los mortales, si no estamos avisados de ello.
Bien, pues por eso (entre otras cosas) estamos aquí los aficionados a la Astronomía. Para, al mismo tiempo que estamos pendientes de los acontecimientos del firmamento (para no perdérnoslos), tratar de avisar al resto del personal, ávidos del estos temas, que sabemos los hay (y muchos).
Señalar que el sobrenombre «de nieve» que acompaña a esta particular superluna, dicen se debe a que se produce en época propicia a las grandes nevadas, pero yo diría que también le viene muy bien por la blancura y resplandor con que la podremos observar.
¿Cuándo y por qué se produce?
Bueno, tal vez la pregunta del cuándo y el por qué se produce una superluna, se redundante pues lo uno es consecuencia de lo otro, y viceversa. Veamos:
Como se deduce de lo que he comentado antes, la Luna no se encuentra siempre a la misma distancia de la Tierra, sino que ésta oscila entre un alejamiento máximo (en el apogeo) y un acercamiento mayor (en el perigeo), debido a que la órbita de la misma alrededor de nuestro planeta no es una circunferencia perfecta, sino una elipse, en la que la Tierra ocupa uno de sus focos. Esto es así, de forma más o menos acentuada, en todos los sistemas astrales binarios, como bien nos dijo el amigo Képler allá por 1609, hace ahora 410 años (fructífera etapa aquella para la Astronomía).
Pues bien, si tenemos la suerte (y ello ocurre periódicamente cada cierto tiempo) de que la Luna se encuentre en el perigeo y, al mismo tiempo alineada con el Sol, justo en sentido contrario respecto de la Tierra, es entonces cuando tenemos una superluna en nuestro planeta, y ella es observada prácticamente en la totalidad de la superficie del globo terráqueo pues, si bien en aquellos lugares donde ese instante de máximo acercamiento de la Luna coincida con el pleno día (y obviamente la Luna llena no visible sobre el horizonte), tampoco es especialmente importante su diferencia pocas horas antes o después del evento.
En el caso que nos ocupa, la luna se encontrará a 355.665 kilómetros de la Tierra (distancia media, 384.400 kilómetros), por lo que la percibiremos un 14 por ciento más grande y hasta un 30 por ciento más brillante. Y ello tendrá lugar exactamente a las 10:06 hora peninsular española, de este 19 de febrero. Mientras, el momento central de la fase de luna llena se dará a las 16:55 del mismo día.
Es obvio, por tanto, que se pueden dar superlunas más ajustadas que ésta, pero para poder observar otra que la iguale o supere habrá que esperar hasta 2026.
No obstante, cuando la Luna llena tiene lugar cerca del perigeo, esta situación se repite, con más o menos estrechez en varias lunaciones consecutivas. Así, la anterior del 20-21 de enero, fue muy digna de tener en cuenta (además de por el mencionado eclipse total), y la siguiente, del 21 de marzo, también lo será. Pero la actual es la que más de este ciclo.
Observación del fenómeno
Finalmente, decir que para observar esta superluna, no hace falta ningún tipo de instrumental óptico. Más bien, al contrario, son contraproducentes e inútiles es estas fases de Luna llena. Basta con el ojo desnudo y nada de peligrosidad mirar así a la Luna (a no ser que nos quedemos demasiado tiempo fijos, «eclipsados» y sin pestañear).
Eso sí, si nos lo podemos permitir y disponemos de ella, una buena cámara de fotos sería aconsejable, para tratar de conseguir esas bonitas fotos (como las que acompañan este artículo), siempre con el detalle de algún árbol, edificio y personas, que realzan la imagen de la Luna, la cuál, en solitario, tendría muy poco interés y no nos «diría» nada.
Es conveniente, aunque no totalmente necesario, alejarse un poco de la contaminación lumínica de las ciudades. Lo que sí es imprescindible es que el cielo esté despejado, pero eso no está en nuestras manos. Y el momento del día para nuestra zona, la salida de la luna, a partir de las 19:04, hora peninsular, dependiendo de la orografía de nuestro horizonte oeste. O si lo desea o le es más factible, al ocaso de la Luna, en la madrugada del propio día 19 y también del 20, sobre las 08:47 y 9:26, respectivamente.
¡Que ustedes disfruten del acontecimiento!
Encuesta 50 aniversario del primer alunizaje; su opinión es importante
En este 2019, se cumplen 50 años de aquel 20 de julio de 1969, en que el Apolo 11 puso sus patas en la superficie lunar, y el ser humano (Neil Armstrong) puso sus pies, por primera vez en la Historia, sobre la superficie de un astro distinto de la Tierra (la Luna), al tiempo que pronunciaba la famosa frase: «Este es un pequeño pasa para un hombre, pero un gran salto para la humanidad».
Los que tienen hoy menos de 50 años no vivieron aquella aventura, pero casi todos ellos habrán escuchado, leído o estudiado algo o mucho de la misma.
A todos, pedimos su experiencia, opinión o parecer (personal o transferida) sobre el citado evento.
Es algo que queremos conocer (y tal vez publicar en su momento), por lo que agradeceríamos su valiosa colaboración, enviando la suya a: astroronda@hotmail.es
Opcional: (Identifíquese hasta donde crea conveniente) ______________________________________________________________
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