Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle…» (Mateo 2, 1-2).
La verdadera naturaleza de la Estrella de Belén es un misterio que la “arqueoastronomía”, conjunto de disciplinas que estudian el papel del cielo en la antigüedad, trata de desvelar y nos proporcionaría la fecha correcta del nacimiento de Jesús que debió acontecer entre los años 7 y 5 anteriores a nuestra Era. Este desfase es atribuido al monje Dionisio el Exiguo (siglo IV), que cometió varios errores de cálculo para averiguar la fecha de la Natividad de Jesús y establecer el año I de la Era Cristiana por encargo del Papa Juan I. Dionisio, entre otros errores, omitió los cuatro años que el emperador Augusto gobernó con el nombre de Octavio.
Realmente, existen pocos datos sobre la Estrella de Belén en los Evangelios sólo San Mateo hace referencia a este evento celeste. Otras narraciones pueden encontrarse en el Protoevangelio de Santiago (texto no incorporado al Nuevo Testamento, que junto con otros escritos forman los Evangelios Apócrifos): “Vemos cómo una estrella indescriptiblemente grande apareció de entre esas estrellas y las deslumbró de tal manera que ya no lucían y así supimos que un Rey había nacido para Israel”, o en una carta escrita por San Ignacio de Antioquía: «Su luz fue inefable y su novedad causó asombro».
Estos textos tienen cierta similitud, desde el aspecto astronómico, con las observaciones que realizó el astrónomo danés Tycho Brahe de una supernova (explosiones estelares de proporciones cataclísmicas que suponen el fin de la vida de una estrella) en el año 1572: “[…] estaba contemplando el cielo en una noche clara y observé, sorprendido, a una nueva e inusual estrella que superaba en brillo a todas las demás. Conocía todos los astros del cielo y era evidente que en ese lugar del firmamento jamás había existido una estrella”.
Popularmente la Estrella de Belén es representada por un cometa, preferencia observada en algunas pinturas como la «Adoración de los Magos» de Giotto (s. XIV) inspirado por el cometa Halley del año 1301 que durante siglos fue un buen candidato, pero quedó descartado porque su aparición más próxima al nacimiento de Jesús se produjo en el otoño del 12 a. C. Otra candidata es la espectacular aproximación de Venus y Júpiter en Leo (año 2 a. C.), que debió contemplarse como si se tratara de un mismo astro muy brillante. Pero, uno de los eventos celestes que tiene más seguidores es la nova o supernova que apareció en el año 5 a. C., a finales de marzo o primeros de abril, entre las constelaciones de Capricornio y el Águila, siendo registrado por los chinos y visible durante más de 70 días.
Hay otro “serio candidato” protagonizado por Johannes Kepler que descubrió, lo que llamaban en la época, una “stella nova” (estrella nueva) en la constelación de Ofiuco, entre Júpiter y Saturno durante una de las tres conjunciones de esos dos planeta y Marte que se registraron en 1604. Esta “stella nova” era realmente una supernova que se observó a simple vista durante 18 meses. El extraordinario evento llevó a Kepler a relacionarlo con la Estrella de Belén y realizó un detallado estudio calculando que hubo otro triple acercamiento (en mayo, octubre y diciembre) de Júpiter y Saturno en Piscis en el año 7 a. C. Kepler dedujo, aunque erróneamente, que la consecuencia lógica de este tipo de conjunciones era la repentina aparición de una estrella (nova o supernova) tan espectacular como la que observó, y pensó que era el hito astronómico que acompañó al nacimiento de Jesús.
Pero, para los arqueoastrónomos la información más relevante de las deducciones de Kepler es la conjunción planetaria del 7 a. C. Sin duda, este evento celeste llamó la atención a los Reyes Magos que poseían amplios conocimientos astronómicos y debían conocer las profecías de los judíos acerca del Mesías. Al observar la triple conjunción en la constelación de Piscis, de fuerte simbolismo en el antiguo pueblo hebreo, presumieron que algo grande iba a suceder en Israel y partieron hacia el lugar.
La solución de este enigma astronómico nos desvelaría la fecha exacta del nacimiento de Jesús, pero existen muchos interrogantes sin resolver y, por lo tanto, continúa el maravilloso misterio y la gran pregunta: ¿Qué fue la Estrella de Belén?
¡Feliz Navidad!
Jose Antonio Cardona Leciñena
La fecha de nacimiento de Jesús de Nazaret y la «misteriosa» estrella de Belén la podéis encontrar en joseantoniocardona.blogspot.com