Era una de las grandes asignaturas pendientes del sector del consumo en España, pero poco a poco el comercio online va superando la reválida. Al menos, eso es lo que se desprende de diversos estudios, que demuestran como el comportamiento de los españoles en relación a las compras por Internet han comenzado a equipararse al de los países europeos que se encuentran a la cabeza de este nueva forma de comprar.
Uno de los estudios más clarificadores a este respecto es el que recientemente ha llevado a cabo el Instituto Nacional de Estadística (INE), que muestra que el 27,5% de los usuarios de Internet realizó alguna compra desde su hogar en los últimos tres meses. Detrás de este cambio de mentalidad se encuentran factores como la tranquilidad que ofrece realizar un pago online seguro, un aspecto que hasta ahora suponía posiblemente la mayor preocupación de quienes aún no se habían atrevido a dar el salto.
En este sentido, las opciones disponibles a la hora de hacer las compras son cada vez más amplias: desde transferencias bancarias, tarjetas de crédito o tarjetas prepago hasta pago contra reembolso, opciones más conservadoras para aquellos a quienes aún no les inspira mucha confianza pagar por adelantado antes de tener su producto en las manos.
Las tiendas tradicionales luchan por ser más “electrónicas”
También influyen en este aumento las diversas ventajas que brinda el comercio electrónico con respecto a las tiendas tradicionales. Por esta razón, las tradicionales campañas de rebajas cada vez encuentran menos reclamos, especialmente en públicos más jóvenes. Algunas de estas ventajas son la posibilidad de comparar cientos de precios antes de decidirse o la comodidad de adquirir casi cualquier producto sin tener que esperar largas colas.
Pero el cambio no es solo cosa de los consumidores. También las empresas están cada vez más concienciadas sobre el cambio de escenario que se está produciendo a la hora de comprar gracias a Internet, y muchas pymes empiezan a mostrar sus productos al mundo a través de la pantalla del ordenador, la tablet o el móvil, cuando hasta ahora eran reacias a abrirse a lo digital.
Asimismo, la variedad de dispositivos también juega un papel fundamental en la expansión de las ventas online. Hasta hace no mucho, comprar desde el ordenador era la única opción disponible, con las restricciones de movilidad que ello suponía. Pero con el auge de los smartphones también ha crecido exponencialmente el m-commerce, es decir, las compras a través del móvil, en cualquier momento y lugar.
