Los vinos rondeños siguen creciendo en el exterior con nuevas exportaciones. En este caso, aunque ha sido una de las últimas bodegas en echar a andar, es Excelencia la que ha consolidado la presencia de su tinto crianza Los Frontones 2008 en Holanda, país al que este año ha comenzado a exportar una cantidad considerable de su caldo estrella, tras unos primeros envíos de pequeño tamaño el pasado año. Además, el tinto joven Tagvs 2009 también encontró una gran aceptación en el mercado nacional, estando prácticamente agotada su producción. A ello suman el rosado Viña Darón, que completa la carta de vinos que son elaborados en sus instalaciones.
Esta bodega, situada en el paraje de los Frontones, cuenta con seis hectáreas de viñedos, lo que la sitúan entre las de mayor tamaño de la Serranía de Ronda, que se caracteriza por explotaciones de pequeña dimensión en las que la calidad es la marca a conseguir, en lugar de una gran producción. Este hecho hace que la gran mayoría de los trabajos en el campo sean realizados de forma manual y la selección de la uva sea muy importante, descartando los racimos que no cumplen con el mínimo que exige la producción de este vino destinado a un mercado muy exigente.
Las instalaciones han sido pensadas para el enoturismo, tienen sala de catas y cocina propia
Este proyecto representa una de las últimas apuestas de empresarios rondeños y malagueños por el sector vitivinícola rondeño, con una inversión final de unos 3,5 millones de euros, que comienzan ahora a dar sus primeros frutos de importancia con la salida al exterior y la consolidación a nivel nacional. De hecho, en los últimos meses Excelencia también alcanzó acuerdos con dos importantes cadenas españolas de centros comerciales para que sus vinos estén presentes en sus tiendas gourmet.
Además, atendiendo a la nueva tendencia de combinar la producción de vino y el enoturismo, las instalaciones de la bodega han sido diseñadas y construidas para compatibilizar ambos sectores, contando para ello con una sala de catas y hasta una cocina completa, a lo que añaden varias salas de reuniones y salones para el desarrollo de comidas, todo ello con el vino como gran protagonista. Incluso la entrada cuenta con una pequeña tienda para ofrecer los diferentes vinos que se elaboran en la bodega.
Mientras tanto, en la planta baja, como ajena a ese mundo turístico, se encuentran las instalaciones para la elaboración del vino y el patio de barricas, que también cuenta con una decoración más cuidada de lo habitual para acoger a los visitantes.
En el exterior los viñedos rodean a la bodega, lo que le confiere una imagen especial a la llegada, sobre todo, cuando llega el otoño y las hojas de las viñas se tornan rojizas. Además, desde las mismas se puede observar Acinipo, la ciudad romana cuyas monedas eran acuñadas con un racimo de uvas por la gran presencia de viñas que había en la zona en aquella época.
