El estudio de las fosas comunes de fusilados durante la guerra civil española ya tiene viabilidad, una vez que la Junta de Andalucía ha entregado la subvención solicitada por la asociación de la Memoria Histórica de Ronda, que recientemente ha comunicado tal hecho al Ayuntamiento de Ronda y solicita la autorización municipal necesaria para el inicio de los trabajos en las dos zonas que están localizadas en el campo santo rondeño.
Curiosamente, en la ciudad del Tajo concurre la circunstancia de que parte de los muertos ejecutados por el bando republicano en los primeros momentos del levantamiento golpista también se encuentran en una fosa común. Este hecho haría que el estudio que está previsto iniciarse afecte a ambas fosas, ya que, según explicaron fuentes conocedoras del proceso “la ley andaluza no distingue entre fusilados franquistas o republicanos”, persiguiendo que todas las personas que todavía no han podido ser entregadas a sus familiares lo sean y puedan recibir un entierro “digno”. En este sentido, las fuentes consultadas explican que en la mayoría de los casos se trata de fosas de fusilados republicanos porque tras ir ganando terreno el llamado bando nacional se iba procediendo a desenterrar a sus fusilados y proceder a su entierro individual.
No obstante, en el caso rondeño no fue así, aunque sí que existe un listado con los nombres de las personas que se encuentran en dicha fosa de supuestas personas afines a los golpistas o vinculadas con la derecha de la ciudad. No obstante, al igual que ocurre con los fusilados del otro bando, algunos de los familiares defienden la inocencia de sus seres queridos, siendo fusilados por el simple hecho de ser, por ejemplo, sacerdote.
Los estudios previos contarán con un georadar y catas arqueológicas en ambos espacios
Aunque el estudio presentado tiene previsto que se realice sobre todas las fosas existentes en el patio 2 (bando nacional-católico) y patio 4 (bando republicano), las exhumaciones únicamente se realizarán en caso de que los familiares den su consentimiento, algo que está decidido hacer en el caso de los republicanos y que existen dudas en el caso nacional, ya que parece existir división en los familiares de los allí enterrados, entre los que prefieren dar entierro individual a los restos y los que prefieren dejarles en el lugar de su fusilamiento.
En cuanto al número de ejecuciones tampoco existe un dato exacto, ya que, oscilando en una horquilla bastante amplia, comprendida entre algo más de 600 y los 1700 cuerpos, en función de las versiones obtenidas y de los testimonios de familiares, que también consideran que se pudieron realizar ejecuciones sumarias fuera del ámbito del cementerio.
Los primeros estudios hablan de entre 10 y 19 fosas en ambos patios del cementerio, algo que se podrá delimitar una vez se realice el trabajo de campo que se tiene previsto iniciar en próximas fechas.
En cuanto a los fusilamientos realizados por las autoridades republicanas, se tiene constancia que las detenciones de personas afines al levantamiento se inician a partir de 19 de julio de 1936, una vez fracasado el golpe en la ciudad, produciéndose ejecuciones los días 28 de julio y 15 de agosto.
Mientras tanto, las ejecuciones realizadas por el bando nacional se iniciaron a partir de marzo de 1937, una vez que la zona ya era controlada plenamente por las tropas franquistas.
