La consejera de Fomento, Elena Cortés, ahora muy conocida por decir que participaría en escraches contra gente del PP de no estar en el Gobierno, recurrió al ya manido argumento de la falta de recursos para justificar que su departamento no tiene ni la más mínima intención de finalizar la construcción de los nuevos accesos a Ronda. Poco le importó la peligrosidad que presenta la obra a medio camino en alguno de los puntos, reconocida por sus propios compañeros a nivel local, que han demostrado mucho más sentido común que su compañera.
No obstante, la excusa de Elena Cortés únicamente representa un nuevo modelo de defensa a la hora de visitar la comarca de Ronda. No hay dinero para carreteras porque Madrid nos obliga a recortar. Excusas. Tampoco lo hubo durante la etapa más boyante de este país, cuando Madrid no recortaba ni obligaba a nada. Por tanto, ese parapeto montado ahora, en modo facilón y un tanto demagogo, no tiene mucho peso y no resiste la más mínima crítica.
La Junta hace décadas que decidió apostar por abandonar a la comarca de Ronda en el ostracismo de las comunicaciones, con inversiones mínimas (solo hacía falta que no hubiese gastado nada), y cambiando inversión real por majestuosos anuncios de proyectos que se han convertido en burdas mentiras y engaños a los vecinos con el paso del tiempo.
Y sí, el Gobierno central también nos engañó con el AVE (PSOE y PP), pero no es comparable en estos momentos el tren con las carreteras. Pocos turistas se bajan en Madrid y vienen a Ronda en tren. Sin embargo, una inmensidad llegan a Málaga, Costa del Sol, Sevilla, Granada o Córdoba y deciden venir a la ciudad del Tajo por carretera. Bueno, mejor dicho, por caminos de cabras, con todo el respeto.
