Como cada Martes Santo, el recogimiento y la oración sustituyeron en la Semana Santa rondeña a los tronos, los pasos y las enormes filas de nazarenos, imágenes que se convierten en protagonistas el resto de días. Y lo hicieron de la mano del Vía Crucis Penitencial de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, que la lluvia obligó a celebrarse en el interior de la colegiata Santa María la Mayor.
Muchos fieles viven este momento como un acto de preparación hacia el Triduo Sacro que se vive durante el Jueves, Viernes y Sábado Santo, tres de los días más importantes de la Pasión de Jesús y que fueron representados en las diferentes estaciones.
La majestuosidad de Santa María se llenó de recogimiento conforme se iban realizando las estaciones, en las que participaron cientos de rondeños en un acto en el que dejar salir el sentimiento religioso que para los católicos marca esta celebración, lejos del innegable atractivo cultural que rodea al resto de los días.
Es la única jornada que la ciudad del Tajo no cuenta con un desfile procesional, habiéndose consolidado con el paso del tiempo la realización de este Vía Crucis, que suele partir de la iglesia de Padre Jesús y recorrer las calles del casco antiguo cuando el tiempo lo permite.
