El pasado 28 de Abril en Gavilanes de Ávila comenzaron los trabajos de exhumación de tres jornaleros. Junto a los restos óseos se han encontrado 55 clavos de unos 7 centímetros algunos de ellos entre los huesos de la muñeca o muy pegados al fémur por lo que todos los indicios indican que fueron torturados antes de ser asesinados.
Estos clavos según las primeras investigaciones arqueológicas y en la espera de lo que determine el estudio antro- pológico forense habrían sido utilizados para torturar a las víctimas, siendo clavados en las piernas, en los brazos, en las muñecas y en los pies de los asesinados.
Los restos son de Eulogio Jiménez Fernández, Juan Gil Gómez y Remigio Martín Arbulo y los tres eran jornaleros y vecinos del pueblo de Gavilanes. Fueron asesinados la noche del 14 al 15 de Noviembre de 1936 en un paraje llamado el Portalón a un kilómetro del pueblo.
La búsqueda de los restos empezaron el Viernes dia 27 en una zona de pinares que ha sido el lugar de peregrina- ción de los familiares donde cada domingo depositaban un ramo de flores. En el lugar indicado por los familiares los arqueólogos hicieron la primera excavación de forma manual pero no encontraron huesos ni otros restos hu- manos. Al no encontrar nada se amplió el radio de búsqueda teniendo que recurrir a trabajar con una excavadora en toda la zona llana del pinar. En apenas media hora se descubrieron los primeros restos óseos. Tras hallar estos primeros huesos se procedió a poner una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil del pueblo de Pedro Bernardo esperando la presencia del juez competente de Arenas de San Pedro para levantamiento de cadáver. Posterior- mente se personaron en dicho paraje dos agentes de la Guardia Civil, la Policía Judicial y la Médico Forense de la ciudad de Ávila.
Gregoria Agudo Gil sobrina de uno de los asesinados comentaba que es un día muy esperado por los familiares pero está siendo muy duro “saber que torturaron con clavos a mi tío me rompe el corazón”. Unas tablas encontra- das junto a dos de los cráneos podrían confirmar los testimonios recogidos por el Foro de la Memoria de Ávila que aseguran que una señora del pueblo recogió con su mandil los sesos desparramados por el suelo de las víctimas
y los colocó. Dos cráneos estaban totalmente reventados, se han encontrado dos balas alojadas en estos cráneos. Son las balas del tiro de gracia con el que acabaron con sus vidas después de torturarlos.
Bruno Coca presidente del Foro de la Memoria de Ávila recogiendo las palabras de Carlos Jiménez Contreras, uno de los vecinos del pueblo que más ha luchado por realizar esta exhumación, ha calificado los trabajos como una exhumación de libro. Bruno Coca ha declarado que en estas situaciones lo más importante son los familiares de las víctimas que llevan 76 años esperando recuperar los restos de sus deudos para alcanzar el objetivo que llevan años luchando y conseguir para las víctimas del franquismo verdad, justicia y reparación.
La aparición de los restos también hay que agradecérsela a Paulino, un vecino de Pedro Bernardo, que arriesgó
su vida para salvar los tres cuerpos de los lobos. Paulino era pastor y escuchó los disparos desde el monte y al acercarse encontró los cuerpos de los asesinados pero en vez de huir decidió pasar la noche velando los cuerpos y evitando que los lobos se pudieran acercar a los cuerpos.
Con la paciencia y el sentimiento que exigen este tipo de trabajo los restos quedaron colocados en tres cajas que han sido entregadas en el Instituto de Medicina Legal del Juzgado de Ávila que se hace cargo de los restos de es- tos republicanos asesinados.
Este hecho cobra especial relevancia para las Asociaciones de Memoria Histórica ya que es la primera vez que un Juzgado Provincial se hace cargo de los restos de una exhumación tras la Resolución del Tribunal Supremo de 28 de Marzo de 2012 donde se aclara que los Juzgados Provinciales son competentes para las causas relacionadas con el franquismo.
