Las mudanzas son un lío tremendo, llevo con el traslado de vivienda 10 días y parece que no he hecho otra cosa durante los últimos 10 años al menos.
Para empezar ponemos cada caja con su nombre y cada cosa en su sitio, es fácil, pero a medida que vamos avanzando queremos hacerlo todo un poquito más rápido, con lo que ello conlleva. Empezamos a empaquetar platos con accesorios del dormitorio y copas con utensilios utilizados habitualmente en el cuarto de baño, con lo que nos encontramos que al final del día resulta que no hallamos un vaso para beber y no sabemos donde tenemos nada. Por favor no me preguntéis más por la maquinilla de afeitar que al fin ha aparecido, ahora sólo me falta encontrar la espuma y listo, verás cómo para cuándo salga este periódico a la calle estoy afeitado y arreglado (lo de guapo lo vamos a dejar para la próxima vida, espero que me toque en el pellejo de alguna estrella de esas de Hollywood que tan buen resultado dan ante las cámaras).
Todo esto te lleva a estar en un estado de estrés del que no sabes cómo salir. No paras en todo el día y como me dijo el otro día un amigo “Quillo, llevas una semana echando más de 24 horas al día” y ahí es cuando te das cuenta de todo el trabajo que has realizado, pero piensas también en todo el que queda. He hecho unos pocos de deportes durante estos días, desde levantamiento de pesas hasta alpinismo, para superar las cajas, pasando por apretamiento de tornillos contrarreloj y mediciones a dos manos.
Espero terminar pronto, por ahora descansaré este fin de semana y voy a intentar hacer el levantamiento de vidrio sobre barra fija (una cañita Manolito, por favor). Así que si me ven este fin de semana por la fiesta en el aire de Arriate por favor, nada de cosas rápidas, una copita y a echar un ratito tranquilos, que nos hace mucha falta relajarnos.
