Los políticos se lo tienen que hacer mirar. Y es que su discurso no llega a los ciudadano, y tampoco nos extraña, porque si la forma de comunicación que tienen es la utilizada en la última sesión plenaria, no es de extrañar que los ciudadanos cambien de canal cada vez que ven, oyen o miran a sus representantes.
No pudo ser más tedioso y aburrido el último Pleno municipal, hasta el extremo de que los propios concejales se dedicaron a otros asuntos en su transcurso. Mensajes de móvil, llamadas de teléfono, conversaciones de todo tipo y mil gestos que desmotraban que ni ellos mismos se soportan. Ni que decir tiene que el poco público y los periodistas tampoco.
En un debate sin sentido sobre muchos asuntos, la mayoría de ellos irrelevantes para el ciudadano, nuestros concejales invirtieron la nada desdeñable cantidad de cuatro horas en un combate que muchos se preguntaban de qué iba. Ni ellos mismos lo sabían, porque la atención era mínima, y hasta el protagonista de la cuestión en concreto estaba a otra cosa cuando recibía respuesta de otro compañero en la mayoría de los casos.
Quizás en este sin sentido se encuentre la respuesta al chisme que muchos comentaron en los previos y el descanso de la sesión, los posibles 5 diputados que sacaría Belén Esteban si se presentase a presidenta del Gobierno, según una encuesta de Sigma Dos para Telecinco.
Nuestros políticos se lo tienen que hacer mirar porque el ciudadano les ve en otro mundo paralelo al suyo. Y es que este aspecto es muy peligroso, porque no nos queremos ni imaginar que las grandes fuerzas políticas sigan por este camino y lo aproveche algún oportunista populista para entrar como un elefante en una cacharrería en la política. Llegado el caso culparían al pueblo que le votó, pero alguien debería preguntarse quién ha creado un caldo de cultivo propicio para que algo así pueda llegar a ocurrir. Quizás sea un grito al aire, pero puede que nos tengamos que arrepentir.
