Ahora justo, esta semana, hace un año. Fue a principio de la Cuaresma cuando Juan Miguel y Javier hablaron conmigo para hacer una columna semanal hablando de una de mis pasiones, la Semana Santa.
Pasado el tiempo de preparación y la semana más hermosa del año, se pusieron en contacto conmigo para que siguiera con la labor. Me dieron total libertad, lo único que me pidieron era que no faltara el respeto ni insultara a nadie, por lo demás podía escribir sobre lo que quisiera, lo que me llamara la atención o sobre noticias de actualidad.
Para alguien que es lector de periódicos desde hace muchos años (leo casi todo lo que puedo) y que le gusta la escritura, sin saber cómo se le daba, era una oportunidad que no debía dejar pasar. Me puse a ello y ya ha pasado un año en el que todas las semanas aparece una columna con mi fotografía y un texto debajo, muchas veces son sólo letras juntadas y un poco revueltas, pero otras veces hasta creo que está bien.
Durante este año he recibido por parte de muchos lectores muestras de afecto y felicitación, personas que conozco que me dicen que les gusta mucho lo qué escribo y cómo lo escribo. Otras personas que no conocía o eran prácticamente desconocidos que me animan y me hacen elogios. Otros muchos que me ofrecen en sus correos electrónicos o en las charlas en la calle temas que les gustaría que comentara (sobre todo la jefa de mi casa, que es la que manda). Es decir y sobre todo, cariño.
No soy dado a tantos elogios, pero en algún momento tenía que escribir sobre mí, sobre lo que me ha ocurrido y sobre todo tenía el deber, en primer lugar a La Voz de Ronda y después a todos vosotros por seguirme con tanto cariño, de daros las GRACIAS.
