Esta semana hemos asistido a la presentación de dos actuaciones municipales en el colegio rondeño Virgen de la Cabeza, situado en la barriada de la Dehesa. Tendrá un aula de educación especial y un pabellón cubierto. Sin lugar a dudas, son actuaciones a aplaudir y que son necesarias.
En especial la destinada a los niños con necesidades especiales, que ni que decir tiene que todas las atenciones y servicios que se les dediquen son pocos. Ojalá todos los colegios puedan tener estas instalaciones, y si tienen equipos de profesores suficientes, que no siempre ocurre, entonces sería la situación ideal.
Mientras tanto, en nuestra misma ciudad, nos encontramos con que uno de los colegios con mayor número de alumnos está lleno de goteras. Podríamos decir, utilizando una vieja expresión, que es un zarzal en algunas de sus plantas y aulas. Paradójicamente, en este centro educativo los alumnos más afectados por las humedades son los que tienen necesidades especiales educativas. Contrastes caprichosos de un panorama educativo que pone de relieve la necesidad de invertir mucho más en mantener nuestros colegios en unas mínimas condiciones para los alumnos. La situación del colegio Miguel de Cervantes no es admisible de ninguna de las maneras.
Es criticable la falta de actuación de los responsables del gobierno, que son los que tienen la potestad de actuar. Ya sea el Ayuntamiento de Ronda o la Junta de Andalucía, en función de si las obras son de mantenimiento o de mayor volumen y entonces corresponden a la administración autonómica. Dicho ésto, también habría que preguntarse dónde está la oposición, algunas veces más ocupada en otros menesteres.
En definitiva, tampoco es cuestión de culparles a ellos, que lo único que podrían haber hecho era denunciarlo, y lo que toca es diseñar una actuación urgente para poder solucionar un problema evidente y prioritario.
Sería muy aconsejable arreglar este asunto los más rápido posible, porque estamos hablando de la salud de pequeños de muy poca edad, y no debe haber discriminación.
