El antiguo recinto ferial, donde se proyecta la construcción de parte del futuro centro comercial Eroski, presenta una situación de abandono que ha provocado las quejas de algunos vecinos de la zona, por el peligro que entraña esta situación y por algunas de las actividades que realizan algunos jóvenes que se congregan en la zona, y que califican como “poco adecuadas”.
La peor situación se presenta en el interior de las antiguas casetas que, aunque muchas de sus puertas fueron tapiadas con obra, se puede apreciar como se han abierto varios butrones por los que acceder al interior de las mismas, donde se han continuado haciendo perforaciones en las paredes para comunicar unas con otras.
En el interior de las viejas casetas se puede encontrar prácticamente de todo, incluido algunos carros y restos de numerosas hogueras, además de restos que evidencian la continuada presencia de personas.
Algunos vecinos proponen como solución el derribo de estas viejas edificaciones, que han dejado de tener utilidad, y que se encuentran en situación de total abandono y sin ninguna conservación.
Además, efectivos del Consorcio de Bomberos han realizado algunas de sus prácticas en el interior de las casetas, quedando totalmente quemadas sus paredes, aunque permanece abierto el acceso al interior de la misma. De igual modo, un vehículo que también ha sido utilizado por los bomberos permanece en la zona.
No obstante, a pesar de las quejas de algunos de los residentes en las barriadas colindantes, los responsables de la Policía Nacional y Policía Local han indicado que en los últimos meses no se han registrado quejas.
Los vecinos temen que, en el peor de los casos, en el interior de las casetas se puedan realizar actividades de consumo de sustancias estupefacientes.
El recinto fue, durante años, el espacio donde tuvieron lugar los principales festejos de la ciudad, además de acoger otras muchas actividades que necesitaban de una superficie importante para su desarrollo. La Feria de Pedro Romero era el evento más importante que acogió este espacio por lo que las distintas peñas contaban con casetas realizadas en obra que eran la sede de sus actividades durante prácticamente todo el año. Su uso quedó obsoleto cuando se inauguró el nuevo recinto ferial hace cuatro años situado, curiosamente, a unas cuantas decenas de metros y separados por la carretera de circunvalación de la ciudad.
