Los aficionados al cine más minoritario y de calidad están de enhorabuena porque la Asociación Cultural Laurus vuelve a ofrecer la posibilidad de acercarse a este tipo de películas en el ciclo que comenzó este jueves y que recoge algunos de los títulos más interesantes del cine de los últimos meses nacional e internacional. Una de las personas que lleva trabajando desde hace años por el cine en la ciudad es Luís Sánchez con quien hemos recordado los veinte años que se cumplen desde que se iniciaron los ciclos de cine club en el Instituto Pérez de Guzmán.
¿Cuál fue la raíz del inicio de las proyecciones de películas en el cine club?
Todo comienza cuando desaparecen las proyecciones de cine en Ronda al venderse el cine ‘La Merced’. Hasta que se produjo la demolición de este espacio, la delegación de Cultura, con su responsable entonces, Enrique López, decidió mantener la actividad proyectando películas los fines de semana de forma que no se perdiera el cine comercial. Cuando el cine desaparece desde el Instituto ‘Pérez de guzmán’ nos ponemos en contacto con la delegación para ceder su salón de actos para poder seguir con las proyecciones de películas. Mediante un convenio nos hacemos cargo a medias de ellas y, tras muchos problemas, se arregla el salón de actos, se montan proyectores, que en principio fueron los mismos del cine ‘La Merced’ y que fueron financiados por la entonces Caja de Ronda. Se monta toda la infraestructura en el instituto y se inician las proyecciones de cine comercial en el año 1988.
Unos meses después, en vista de la gran cantidad de películas que teníamos que proyectar, decidimos separar dos tipos de proyecciones, uno dedicado a los más cinéfilos, que llamamos entonces ‘cine club IPG’ y que proyectamos martes y jueves, incluso con semanas especiales o maratones. Nuestra inquietud cultural y educativa nos llevaba además a pensar en este tipo de cine que la gente también demanda. Hicimos un primer ciclo en abril de ese año y tras el éxito obtenido decidimos continuar porque entonces teníamos todo tipo de películas, y hacíamos una programación con un par de títulos muy comerciales y el resto con las más demandadas por los aficionados al buen cine.
El ministerio de Cultura nos exige que nos demos de alta como exhibidores cinematográficos ya que, aunque era una asociación sin ánimo de lucro, allí se recauda dinero que se destina, en principio a arreglar, el instituto, hacer actividades y otras cuestiones. Con ese dinero también pudimos ir adecentando poco a poco la infraestructura. A raíz de esto surge la Asociación educativa y cultural Laurus en 1991 que toma cuerpo y se hace cargo de forma oficial de las proyecciones.
¿Supuso mantener el cine en Ronda un esfuerzo importante?
Desde el punto de vista económico nos costó trabajo empezar. Una vez que limpiamos un poco el exceso de material acumulado y empezamos a proyectar cine comercial con el que recaudábamos dinero para seguir manteniendo el cine club, empezamos a llevar una actividad ‘limpia’. No teníamos graves problemas de personal ya que las proyecciones las hacía Pepe Sierra, de la asociación, los alumnos llevaban el kiosco para sacar dinero para el viaje de estudios y nosotros estábamos en la puerta. Con pocos gastos y la proyección de películas importantes conseguimos crear una empresa, no saneada, pero sin problemas. Poco a poco nos especializamos en este tema y negociábamos con las distribuidoras para no perder dinero con películas que iban a tener poco público. En el fondo éramos aficionados. Nos turnábamos los fines de semana para no trabajar demasiado pero conseguimos estar bien organizados.
El trabajo continúa con el paso de los años…
Sí. Cambiamos de sala. Siendo Antonio Lasanta delegado de Cultura nos trasladamos al teatro municipal. En el año 1994 decidimos dejar el cine club en el instituto y pasar el cine comercial del fin de semana al teatro por tener más cabida ya que había títulos muy demandados. Recuerdo por ejemplo ‘Titanic’ que estuvimos proyectando todos los días casi dos semanas. Así las distribuidoras estaban más contentas porque recaudaban más dinero. Después llegaría el Multicines desapareciendo el vacío de una empresa que se haga cargo del cine comercial y decidimos suspender las proyecciones de este cine y es cuando el cine club se sigue manteniendo, ya siendo deficitario y pasa a ser financiado por la delegación de Cultura como se hace actualmente.
¿Ronda tiene público para este tipo de cine más minoritario?
Que yo sepa somos el único cine club que queda en Andalucía. Los Ayuntamientos siguen intentando hacer este tipo de proyecciones a través de un circuito que se organiza en Sevilla. Hemos entrado en este circuito en contadas ocasiones, de manera especial, pero siempre hemos hecho nosotros la programación. Nos cuesta trabajo pero estamos ahí y seguimos en la brecha.
Cada año es más difícil y, por otra parte el propietario del actual Multicines no tiene la mejor relación con nosotros desde hace un par de años. Si fuera un poco más fluida podríamos encontrar una colaboración que nos diera facilidades para contratar algunas películas. De hecho hay algunos títulos que nos han interesado y no se han podido proyectar en Ronda porque las distribuidoras que trabajan con el cine, no nos han querido dar esas películas hasta que no las proyectara el multicines, algo que no ha ocurrido y nos hemos quedado en Ronda sin ver muchísimas películas como por ejemplo títulos como ‘Siete mesas de billar francés’ o ‘Promesas del este’. Ese problema no debería existir y nos podríamos poner de acuerdo para que ese cine se vea en Ronda. Si el multicines no nos deja proyectarlas que nos deje hacerlo a nosotros. No ha habido buena relación y eso ha influido en que haya una situación que podría mejorarse bastante.
¿Cuáles son los criterios que se siguen a la hora de escoger los títulos de un ciclo como el que comenzó este jueves?
Existe una comisión que funciona por mayoría. Los quince miembros de la misma proponemos una serie de títulos que luego se votan. En la primera reunión siempre se cuenta con la delegación de Cultura para perfilar el ciclo. Allí se ven los ciclos que se van a organizar, fechas, horario, precios, etc…Cada miembro aporta entonces una serie de títulos y se escogen los más votados. Alguna vez elegimos algún título concreto si hay alguna fecha especial que sea adecuado para ese día. Una vez se organiza el ciclo sale a la calle la promoción del mismo y se inician las proyecciones. Salvo excepciones las proyecciones son los jueves. Intentamos no interferir en fechas especiales como las de exámenes, navidades y otras, por eso dividimos el año en varios ciclos. Son cuatro al año con un total de treinta películas.
Después de estos veinte años, ¿se ve la asociación trabajando en un futuro como hasta ahora?
Espero que la actividad no se pierda. Mientras podamos y haya interés por parte de la asociación y de la delegación de Cultura o quien sea, esa inquietud de mucha gente por el cine seguirá estando ahí. Ojalá el día de mañana hubiera una sala expresamente dedicada a esta actividad porque el teatro se nos ha quedado grande para un público que apenas supera el centenar de personas. Lo ideal sería un espacio con cabida para unas 150 personas. La inquietud sigue estando y nosotros seguimos trabajando. A lo mejor nos quedamos solos en España haciendo cine club ¿por qué no? También hay que recordar otra actividad alternativa del colectivo ‘Másquecine’ de los martes que se realiza con mucha solvencia y muy bien organizada, con otras proyecciones, comentarios, forums, etc… y que está funcionando. En Ronda hay interés por esta actividad que afecta a otro tipo de cine. Por el momento nuestro trabajo da frutos, no da beneficios pero se mantiene.
Como aficionado al cine, ¿Qué película recomendaría como su favorita?
Me han gustado muchas películas. Me gusta el cine sin distinciones. La que más veces he visto es ‘El Golpe’. De este ciclo que ahora comenzaría recomendaría la que se proyectó este jueves, ‘Antes que el diablo sepa que has muerto’. Me gusta el cine de acción donde se mueva la trama y algo menos las películas demasiado complicadas ya que quiero que cuando vayamos al cine salgamos pensando que hemos visto una buena película, sin comernos demasiado el coco.
