Nada más, y nada menos, que 73 kilos de calabaza. Ese es el peso de un “fenómeno” natural, como lo calificaba su propietario, Salvador Moncayo, un hortelano que todavía no sale de su asombro cuando mira a su huerto y comprueba las dimensiones de una de las calabazas que ha criado este año, y que sale de todos los cánones de normalidad establecidos para esta hortaliza, que se suele utilizar para múltiples recetas, aunque en esta zona de la Serranía de Ronda es muy habitual en los tradicionales cocidos.
Este hortelano, cuyo huerto familiar se ubica en el cerro de ‘Los Rodeos’, entre la pedanía rondeña de ‘La Cimada’ y la localidad de Arriate, era la primera vez que se decidía a probar con esta hortaliza, aunque cada año suele plantar sus propios tomates, pimientos o melones, sin que ninguno haya dado tan buenos resultados.
“No me lo puedo creer”, indicaba Salvador, mientras con otras dos personas levantada esta calabaza para pesarla en una tradicional romana, cuando veía que llegaba a los 73 kilos. “Pensaba que era grande, pero no tanto”, exclamó.
Ahora, piensa que hacer con tantos kilos de calabaza, aunque el posible destino final será una tienda de embutidos de Arriate, donde los compradores podrán ver este extraordinario ejemplar de calabaza, y que está previsto que termine repartido de forma gratuita entre los vecinos de este pueblo en pequeñas porciones.
