Poco a poco seguimos viajando por la historia de los viajes de los Coros y Danzas que nos trasladan hasta el mes de agosto del año 1979. En esta ocasión el lugar ya es conocido por los rondeños y además se les acoge con mucho cariño tras dos visitas a la localidad francesa de Haguenau a la que vuelven en este año.
El viaje comenzaría el día 24 de agosto con un viaje en avión que les llevó hasta el Aeropuerto de Barajas en un recorrido que, según recuerdan, fue cansado aunque la mayoría del tiempo los rondeños fueron durmiendo. El siguiente paso del viaje los llevó hasta París desde donde partirían hasta Estrasburgo donde tuvieron que hacer una reclamación porque el viaje de una de las integrantes, Elisa Jiménez, no aparecía.
Tras solucionar el problema los guías llevaron al grupo a un autobús hacia donde partieron a la localidad de Bersdorf, un pueblecito cerca de la frontera con Alemania, donde se hospedaron en un hotel pequeño, “pero muy encantador”.
Allí tendrían la primera de sus actuaciones en este viaje que tuvo a los de Ronda como único grupo en una actuación que superó las dos horas. El éxito fue tan importante que los periódicos de la región como ‘La Nuveau Alsacia’ recogió la actuación entre grandes elogios.
Al día siguiente los bailes formaron parte de una cabalgata que organizaba la comisión de festejos donde ya estuvieron otros grupos y bandas de música, haciendo un recorrido por casi todo el pueblo, “fue muy divertido ya que formamos una juerga de escándalo”. Al término del desfile tuvieron una actuación de media hora en la plaza del pueblo donde el público se agolpó alrededor del escenario entre grandes aplausos, recuerdan los que estuvieron presentes en este viaje. Los rondeños aprovecharon para hacer una visita a Estrasburgo donde visitaron la fábrica de la conocida cerveza Kronenberg y las instalaciones del Consejo de Europa.
En la última jornada del viaje de este año se partió hacia Haguenau donde fueron instalados en el Liceo de la ciudad, concretamente en la parte de la enfermería, una zona de privilegio al ser los primeros en haber llegado a la fiesta de ‘La Fete du Houblon’, un festival donde participaban quince naciones. El grupo aprovechó para visitar al presidente del festival, Monsier Rufrá, quien recordó cariñosamente sus anteriores viajes a esta localidad.
La importancia de estos viajes no sólo se centraba ya en el hecho de que, gracias a los Coros y Danzas, las tradiciones españolas más arraigadas se dieran a conocer en todo el mundo sino que, casi sin pretenderlo, los rondeños se convertían en improvisados embajadores de nuestro país en los lugares que visitaban estrechando lazos con numerosas poblaciones de todo el mundo que quedaban encantados con la visita del grupo de baile. Y aún quedaban muchos más lugares que visitar.
